Al hombre que me enseñó
lo que debe sentirse ser amada.
Al que me miró, me hizo sentir segura,
me sostuvo en brazos, secó mis lágrimas.
El que me impulsó siendo mi arco
en manos de nuestro Padre, el Rey.
El sabio, ese que siempre tiene respuestas,
el que aclaró cada una de mis dudas,
el de los cuentos para dormir,
al del canto del jardín, de la rosa,
del arpa y del violín.
Al hombre de versos dorados,
cantos con cuatro en madrugada,
de los libros, sudokus, plantas
y de intimidad con Dios, con su palabra
en medio de procesos;
hombre de oración.
Con él miré estrellas tantas noches,
sentada a su lado aprendí a escuchar.
Hombre de ojos brillantes,
sonrisa orgullosa, corazón humilde,
y manos abiertas para servir.
Una vez quiso dejarlo todo
para vivir vida rendida a Cristo,
y ahora es pilar de un hogar
que junto a mi mami
está fundado en el amor.
El que me enseñó a soñar
y dejando a una abeja
caminar en sus manos,
me enseñó a disfrutar
de las pequeñas cosas.
Al que tantas veces me dijo
"Hay que cuidar de la naturaleza
porque es creación de Dios"
Al padre que con los recursos
que tuvo en sus manos,
y no habiendo conocido
lo que era tener un papá
modeló lo mejor que pudo
lo que fue diseñado desde lo eterno,
y lo sigue haciendo ahora;
de la mano del Señor.
A ese hombre fuerte,
mi dulce caricia y lugar seguro,
el abrazo donde descanso,
la energía que me alienta,
mi superhéroe favorito,
mi reflejo más cercano
del amor de Dios.
Mi fuerte papi, celebro tu vida.
Te amo y te extraño con todo mi corazón.
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Crónicas de una chica rizada.
RandomPorque la vida es más divertida cuando hay rizos de por medio. [Blog]