Votos de un corazón que musita un adiós.

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Marzo 12, 2019.

Zulia, Venezuela.

Hace algún tiempo que no hablamos, mucho más de cualquier otro que hayamos pasado a lo largo de nuestra amistad. Aunque tal vez creas que pasado todo este tiempo el tema ya está olvidado para mí, no es así. Aun cuando he llenado mi agenda hasta el tope para mantener mi cabeza ocupada, el recuerdo de lo que fue, lo que un día fuimos o soñamos ser, logra hacerse lugar en mi mente en los segundos intermedios de mis actividades. He intentado de todas las formas posibles seguir adelante, comenzando por comprender el porqué de tus acciones, y cuando no lo logré, simplemente resolví en dejar de intentarlo y creer lo mejor.

No voy a mentirte, hacerlo nunca ha sido lo mío, y sobre todo cuando se trata de ti. Si, llegue a molestarme a causa de tu decisión, no por la decisión en sí, que de por sí ya me dolía, sino por todas las palabras y promesas que un día me hiciste y con cada parte de mi yo creí, y aunque intente negarlo, una parte de mi corazón aún sigue creyendo.

He concluido que cuando las dijiste creíste de todo corazón en ellas y su ejecución. He decidido creer en el recuerdo de esa persona que un día fuiste y en consecuencia de eso, en que cada cosa que hiciste y dijiste mientras estuviste a mi lado fue de corazón. He decidido creer que así como yo, tú también soñaste que ese "somos un equipo" durase para siempre, en que para ti fui tan importante como tú sigues siéndolo para mí. He decidido creer que si tomaste esa decisión fue porque no tuviste otra opción, porque ya habías agotado todas las demás, porque después de pensarlo mucho concluiste en que era lo mejor. Decidí creer que te dolió tanto decirlo, como a mi escucharlo.

Decidí enfocarme en tu felicidad y no en mi dolor, porque al final, ese siempre había sido mi sueño, mi deseo, el porqué de mis acciones, todo lo que alguna vez había soñado para ti, que fueses todo lo feliz que merecías ser.

También decidí pensar que por una vez te elegiste a ti mismo, que elegiste tu bienestar, lo mejor para tu corazón por sobre mí, porque si de vedad te conocí, no hay lugar a dudas de que fui tu mayor prioridad en todos los sentidos y en cada segundo que estuve en tu vida, lo sé porque fue exactamente lo mismo que hice yo contigo.

Decidí creer que esa decisión fue una forma escoger amarte a ti mismo, tal y como un día me enseñaste a mí a hacerlo. Decidí creer eso y sentí que respirar dolía un poco menos, que a pesar de todo si estaríamos bien, talvez no juntos como lo soñamos, sino al lado de otras personas, en otros brazos, en otras manos. Decidí dejar de luchar en contra del recuerdo, porque hacerlo solo me lastimaba más, y aun cuando luchara contra ello, te habías vuelto parte de mí.

Decidí luego de muchas lágrimas que no quería olvidarte, que aun cuando transitáramos por distintos caminos, tú recuerdo permanecería en mi corazón como algo bueno, algo por lo cual agradecer y no por lo que arrepentirme. Decidí que si alguien me preguntaba por ti le contaría acerca de la maravillosa persona que eres, que si en un día como cualquier otro mientras hablaba se me salía una de esas expresiones que tu tanto usabas, no iba a permitir que el dolor se hiciese lugar de nuevo en mi pecho, en cambio seria la perfecta oportunidad para agradecer por el recordatorio del privilegio que un día tuve de ser lo suficientemente cercana a ti como para ser influenciada por tu forma de hablar. Que quería sonreír cada vez que escuchara tu nombre o que fortuitamente alguien me llamara como tú solías hacerlo.

Decidí que luego de tanto tiempo ya era el momento de seguir adelante, y aunque al hacerlo tuviese un descomunal nudo en la garganta y percibiese dentro de mi pecho el gemir de mi corazón, no debía sentirme mal por eso.

Finalmente decidí, que si por alguna razón, algún día, en algún lugar, Dios permitía que se cruzaran nuestros caminos; no huiría de ti. No pasaría de largo fingiendo no conocerte, no permitiría que el rencor se hiciese sitio en mi corazón, en cambio, te regalaría la más sincera de mis sonrisas y al igual que todos estos años, me alegraría saber que estás bien, porque a pesar de todo, del tiempo, el lugar, el cómo y el porqué; siempre podrás contar conmigo, podrás encontrar en mí una persona en quien confiar. Una amiga para siempre, tal y como te lo prometí.

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