♕ 2: Las pesadillas. ♕

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El príncipe heredero tenía constantes sueños terroríficos, si no era suficiente estar alerta todo el tiempo, temiendo por su vida, ahora en sus sueños siempre estaba Min NamJoon, este luchaba contra él, su altura le eclipsaba, y por mucho que le enfrentará y moviera su espada con destreza, siempre NamJoon le terminaba cortando desde su estómago hasta su pecho, y en cuestión de segundos se desangraba, por lo que, se despertaba agitado, y por mucho que intentará pegar ojo después de ello, no podía.

Las noches de YoonGi pasaron a ser bastante tormentosas, solo podía pensar en que algún día ni siquiera alcanzaría a despertar porque seguramente con lo despiadado que NamJoon se notaba que podía llegar a ser, terminaría degollándole la cabeza con su espada, o clavándole la espada en su corazón, una muerte instantánea, que no le permitiría ni siquiera maldecirlo como sus últimas palabras.

Su hermano mayor no era de fiar en absoluto, así que había optado por pasar noches en vela observando en todas las direcciones de su habitación, hasta que no podía a más con ello, cualquier ruido por mínimo que fuera le hacía hiperventilar, arremolinándose la ansiedad en su pecho, por lo que, terminaba saliendo a sentarse en el pasillo a observar la luna brillante en el cielo, mientras él solo deseaba que aquel miedo que solo crecía en su interior, desapareciera. Ni siquiera la compañía de su mayordomo Jung Hoseok, le hacía sentir bien, aunque estuviera siempre cerca.

El dormir tan poco, lo tenía al borde de un colapso, las ojeras bajo sus ojos se marcaban en tonos púrpuras, sus pensamientos estaban lejos de sus cuadernos de estudio y sentir la mirada penetrante de NamJoon sobre él en clases y su olor rodeándolo solo lo ponía más molesto.

Olía a arándanos, a su madre le encantaban, el rey siempre ordenaba traerle los más exquisitos cuando había temporada y ella compartía con él en sus aposentos, y podía sentirlos en sus papilas gustativas. Como si ella aún estuviera allí, como si sus brazos le rodearan con amor y su risa le llenará de paz en la distancia.

También, olía ocasionalmente a canela, y aquello le hacía picar su nariz con intensidad hasta estornudar. Y NamJoon de inmediato le extendía otro pañuelo, y él solo podía tomarlo en silencio. Pero esa mañana al ponerlo sobre su nariz, logró sentir por primera vez el olor a pino, y en sus pensamientos más profundos, se sumergió en el bosque, uno frío pero tranquilo, dónde había arbustos llenos de arándanos y árboles que expelían con intensidad el aroma a canela, y todo ello le envolvía hasta sumergirlo aún más en la inconciencia. ¿Por qué NamJoon olía tan bien? ¿Por qué su lobo se sentía a gusto con todo ello mientras su lado humano luchaba por odiarlo?

YoonGi suspiró profundamente, apresando el pañuelo contra su rostro, y completamente derrotado, se recostó sobre la mesa, y con sus ojos fuertemente cerrados, fue cayendo en el sueño reparador que tanto necesitaba.

—Príncipe heredero —le llamó el profesor con algo de temor.

—Déjalo —refunfuñó NamJoon con una mirada recelosa.

—Pero, príncipe NamJoon...

—Dame las clases a mí, él no ha dormido en días, merece descansar al menos un poco.

—Sí, señor.

NamJoon se quedó allí en silencio, leyendo, y asintiendo a todo lo que el hombre le explicaba, mientras mantenía sus brazos cruzados contra su pecho y de vez en cuando le daba vistazos al príncipe heredero, resguardando su dormitar, ya que sabía que el menor está sufriendo de insomnio, que se trasnochaba viendo el amanecer, y no podía dejar de preocuparle.

Al menos le aliviaba saber, que su aroma de alfa servía de algo y le permitía a YoonGi adormilarse los suficiente. Ayudarlo así fuera un poco, le hacía sentirse como un alfa dominante digno, y útil. Así que por mucho que intentó borrar su sonrisa, le fue imposible.

Cuando las clases acabaron, se quedó un largo rato más en la sala de los notables, observando las bonitas facciones de YoonGi, porque, aunque eran algo duras, ya que siempre estaba molesto, rara vez sonreía, y siempre tenía su ceño fruncido, verlo tan relajado, le producía una sensación extraña en todo su cuerpo. Sus cejas eran gruesas, y contrastaban con sus largas pestañas, su nariz pequeña, sus mejillas sonrojadas, y sus labios finos de un tono rojo, le parecían de lo más adorables. YoonGi aún no se había presentado, pero quizás era su capacidad como alfa dominante de percibir ciertas cosas, pero, YoonGi comenzaba a expeler un aroma dulce, casi similar al caramelo.

Y desde el primer instante en que se había dado cuenta de ello, NamJoon solo ansiaba llenarse cada vez más los pulmones de su esencia, deseaba permitirle que marcara todo su cuerpo con ella. El moreno relamió sus labios, ¿Quizás si se acercaba podía reconocer algún otro aroma de YoonGi? Tragó saliva con nerviosismo, y observando en todas las direcciones asegurándose que estuvieran solos, se inclinó sobre el cuerpo del menor, a medida que olfateaba, acercándose cada vez más a su cuello.

Probablemente, hubiera invadido por completo su espacio personal, de no ser porque el más bajo abrió sus ojos de golpe, y su expresión apacible paso a ser la de una fiera.

—¡¿Qué crees que estás haciendo?! —gruñó perdiendo todo color en sus mejillas, y con violencia se levantó, para asesinarlo con esos ojos fríos como témpanos de hielo.

NamJoon sintió su corazón aplastando sus costillas, se sentía aterrado, y por mucho que intentaba poner una excusa le era imposible decir algo coherente.

—Voy a llamar a la guardia real, voy a hacer que te metan a prisión de por vida por intentar... —comenzó a refunfuñar YoonGi, a medida que daba pasos firmes en dirección a la salida del recinto.

NamJoon sin detenerse a pensarlo dos veces, se interpuso en su camino, y con fuerza cubrió su boca con sus manos—: No, no, no, escucha...

YoonGi con su ceño fruncido, le propinó un violento empujón que lo hizo apartarse, más estaban a solo centímetros, NamJoon respiraba con pesadez, y YoonGi lo miraba con una rabia desmedida.

—¿Cómo te atreves a ponerme tus manos encima? ¡¿Cómo te atreves a hacerme callar?! —volvió a rugir poniéndose cada vez más rojo de la furia, pero, NamJoon con el miedo corriéndole por las venas, posó sus manos sobre sus hombros, reteniéndolo, causando que YoonGi abriera sus ojos como platos.

—Lo siento, no es lo que cree, no estaba haciendo nada malo, yo solo... Pensé que tenía algo en el rostro y quería ayudarle.

—¡¿Qué tan idiota me crees?!

—Su alteza, le prometo que no volverá a suceder. Por favor, disculpe mi imprudencia —insistió NamJoon.

YoonGi puso sus ojos en blanco con fastidio, más una brillante idea cruzó por su mente, una que sonaba hasta divertida.

—Quieres que lo deje pasar, ¿verdad? —murmuró dejando salir una sonrisa macabra, que le puso la piel de gallina a NamJoon—. Demuestra tu arrepentimiento, arrodillándote para mí, príncipe NamJoon.

—Su alteza...

El mayor pensó seriamente en negarse, y aceptar su trágico destino, más algo en su cuerpo le hizo ceder, quizás la tensión que se creaba en el ambiente, o la mirada burlona que YoonGi le dedicaba con deleite, lo que le llevó a dejarse caer a sus pies, y mostrarle sus respetos—. Lo lamento muchísimo.

—La próxima vez que me toques, o que te vea cerca de mi sin mi consentimiento, y que tu asqueroso aroma se impregne en mi ropa, voy a hacer que el rey corte tu cabeza, y me la entregue como trofeo para decorar mi habitación —le amenazó, antes de poner su pie sobre su espalda, obligándolo a besar el suelo con mayor fuerza, y dejándole una marca en su traje lila—. ¿Entendiste, estúpido alfa?

—Sí, su alteza.

YoonGi bufó, y sin molestarse en escuchar una palabra más, salió de la sala de los notables con cara de pocos amigos, encontrándose en el exterior con su servidumbre a la cual reprendió por dejarlo tanto tiempo a solas con Min NamJoon.

Por otro lado, el moreno tenía su cabeza revuelta, respiraba de manera frenética, no solo era caramelo, también YoonGi olía como a cítricos, limón, o quizás... ¿Mandarina? No estaba del todo seguro porque era algo muy sutil, pero su cuerpo no dejaba de temblar en deseo, y eso estaba mal, estaba demente si podía sentirse así cuando Min YoonGi solo buscaba humillarlo.

FREEDOM ♕ [NAMGI] OMEGAVERSE +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora