♛ 16: El obstáculo. ♛

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Habían transcurrido varios días desde la última vez que TaeHyung había visto a JungKook. Antes, se topaban en cada rincón: en los mercados de la capital, en los pasillos de camino al palacio e incluso dentro del territorio del rey. Ahora, ni su sombra, ni su aroma se sentían por los alrededores. Aunque debería darle un gran alivio su ausencia, la verdad es que le ponía nervioso. Gran parte de la culpa era de su estúpido omega urgido, ya que su lado humano le daba igual, o al menos eso intentaba decirse para estar tranquilo.

Constantemente soñaba con sus labios, con sus firmes manos en su cuerpo, su aroma marcándolo y erizándole la piel. Extrañaba un tanto su voz en su cuello, susurrando lo que decía aquel libro, le encendía la piel en un intenso calor que, por mucho que intentara calmar, no lograba. Debía admitir que su mirada profunda, le causaba un revoloteo en su vientre. Suspiraba desde que amanecía hasta que se iba el sol. A veces, miraba la puerta de su habitación con la esperanza de que regresara, pero tenía que admitir que había sido demasiado duro con él al decirle que le producía asco.

Eso no estaba bien, a pesar de que lo detestaba sobre manera.

Esa mañana, estaba ayudando en la cocina a pelar papas. Lo hacía por simple inercia, mirando hacia la nada sin mucha ilusión, hasta que se cortó ligeramente en un dedo y se reprendió a sí mismo con fastidio, a medida que gemía de dolor. Por mucho que intentara concentrarse, JungKook ocupaba sus pensamientos.

—¿Por qué no sales al mercado por algo de verduras? Te hace falta un respiro. —propuso Kim MinJi, acariciando suavemente su espalda con todo el cariño que esa dulce mujer poseía.

—Si —suspiró el menor, tomando la pequeña lista que la chica le ofrecía con una sonrisa.

Aun chupando un poco de la sangre de su herida, camino hacia el exterior, pasando por los jardines, y los portales repletos de servidumbre que iban y venían, su mente estaba en blanco, se limitaba a saborear y maldecir en su fuero interno la pésima suerte que tenía, más su cuerpo se congelo cuando se cruzó con el rey MinHo. A veces se sentía maravillado por su presencia, y hasta intimidado, pero en esta ocasión lo único que lo invadía era una gran asfixia, por ese semblante ensombrecido por la muerte lenta, que hacia un gran esfuerzo por sonreírle con suficiencia.

—¡TaeHyung, qué alegría verte! —exclamó el hombre, y con ello TaeHyung sintió que se mareaba, porque su esencia era demasiado abrumadora para él, y no alcanzaba a comprender porque sus feromonas lograban doblegar su voluntad.

—El honor es mío, su majestad —murmuró inexpresivo, haciendo una pequeña reverencia. El rey soltando una pequeña sonrisa, le acarició la cabellera con una de sus manos, y por mucho que TaeHyung en algún momento llegó a disfrutar de su contacto, en ese momento su cuerpo le gritaba que huyera.

—Cada día te ves más maduro, pronto te presentarás y tengo mucha curiosidad por saber cuál será tu jerarquía. No puedo esperar para verte convertido en adulto.

TaeHyung respiró profundamente, el rey acarició su mejilla, produciéndole un escalofrío, porque su aroma le exigía que se acercara, que le respetara y él solo quería correr desesperado lejos de allí. Más sus músculos no le respondían, a duras penas pudo decir—: Debo irme, MinJi necesita esto urgentemente.

El rey asintió divertido con la lista que el muchacho llevaba en su mano derecha, y simplemente rompió el contacto, TaeHyung agradecido le hizo otra reverencia, y retomó su caminata, pero las palabras que MinHo dejó escapar después lo dejaron estupefacto, no estaba seguro si era para él o para WooBin, pero escuchó con claridad.

—Espero verte pronto en el pabellón de la flor de cerezo, disfrutando juntos de tu presentación.

TaeHyung por mucho que quiso refutar, no fue capaz, le miedo le domino por completo. Por lo que, paulatinamente decidió continuar caminando, ignorando esas palabras que le habían afectado profundamente, porque sonaban como una amenaza. Mientras avanzaba apresuradamente por las abarrotadas calles, recibía saludos alegres de varias personas, pero apenas podía esbozar una triste sonrisa. Intentó entablar conversaciones con los ciudadanos, como solía hacer todos los días, pero la sensación de cercanía se había desvanecido, nada era como solía ser.

FREEDOM ♕ [NAMGI] OMEGAVERSE +18Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz