♛18: El traidor. ♛

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Borrar una costumbre, o, mejor dicho, ser obligado a desligarte de algo a lo que eras tan cercano, algo que amas con todo tu ser, a veces puede volverse la peor tortura.

La falta del calor corporal de NamJoon, le costaba en las noches porque a duras penas lograba dormir, aquellas pesadillas que él había logrado disipar por completo, ahora estaban apareciendo una y otra vez, impidiéndole descansar. El aroma que le brindaba tanta paz ya no había rastros de él, solo en sus recuerdos aparecía, para luego desvanecerse, incitándolo a buscarle en vano. El rey lo tenía custodiado, mientras NamJoon pasaba sus noches en una celda fría y mohosa, YoonGi pasaba sus días encerrado en su habitación, lleno de lujos, de personas que le atendían con devoción, y a la misma vez se sentía solo, completamente vacío.

Lo único que lograba hacerle sonreír, era sentir a sus bebés patear con rudeza en su vientre, una sensación que lo llenaba de felicidad al saber que estaban bien y podían escuchar su voz, por lo que, últimamente les parloteaba en demasía sobre cualquier tema que se le cruzara por la cabeza. Esto era suficiente para mantenerlo cuerdo en medio de la situación tan complicada que estaba viviendo. Conforme avanzaba el embarazo, su vientre se volvía cada vez más tenso, lo cual resultaba incómodo en su cuerpo delgado y menudo, que parecía no tener suficiente espacio para albergar a los dos bebés que esperaba.

TaeHyung se había visto en la necesidad de insistir en que comiera hasta cinco veces al día para asegurar que sus cachorros recibieran todas las vitaminas necesarias y para mantener su propia salud en buen estado, el parto no sería sencillo, por lo que, debía trabajar en mantenerse fuerte físicamente al menos. Porque, emocionalmente tenía sus puntos de quiebre, y le estaba costando.

Junto con Hoseok, Min YoonGi ya había tejido más de cinco bufandas y algunos pares de guantes para el invierno que se aproximaba. Los libros que TaeHyung le traía del mercadillo ya no eran suficientes para calmar su ansiedad. Llegó un punto en el que su vida consistía en estar tirado en el futón durmiendo, o a veces sentado en el pasillo mirando hacia el exterior con añoranza. SeokJin iba a visitarlo constantemente, el mayor parloteaba y reía como loco, mientras él solo asentía desinteresado. Muchas veces ignoraba todo lo que le comentaba sobre su boda, porque ya no le importaba. Él no era feliz y no iba a forzarse a fingir.

A veces cuando su locura le denominaba, leía una y otra vez las notas de NamJoon, las apretaba con fuerza entre sus dedos, y lloraba, rogándole a la madre luna una solución a sus problemas, un final a su agonía. Le había suplicado a Hoseok en más de una ocasión que le llevará hasta la prisión del palacio, pero este se había negado y le había casi rogado de rodillas que no se atreviera a desobedecer al rey, porque él sería el principal afectado, le había relatado todo su castigo tras su escape, y eso le había hecho sentir tanto remordimiento, que finalmente tiró la toalla al respecto.

O eso le hizo creer a Hoseok, porque él podía encontrar la manera de huir de esas cuatro paredes y reunirse con NamJoon sin que nadie se percatara. Sin que nadie más que él mismo, se viera implicado.

Así fue como planificó cada uno de sus pasos, analizó las probabilidades, esperando con cautela, estudiando a los guardias hasta la saciedad, y esa noche, finalmente todo se puso a su favor. Con un paso cauteloso y sigiloso, se deslizó por el pasillo, ocultándose entre las sombras, observando cual fiera dispuesto a descabezar a su presa, el único guardia que vigilaba cada rincón, estaba andando somnoliento, bostezaba cada tanto y estudiaba el panorama bastante distraído. Su compañero se había ausentado por enfermedad, y el remplazo aun no llegaba, por lo que, cuando el hombre le dio la espalda unos segundos, YoonGi se deslizó rápidamente hacia el jardín escondiéndose en los primeros arbustos.

Espero unos minutos conteniendo la respiración, y el hombre volvió a dar la ronda con pasos lentos, así que YoonGi con sumo cuidado, fue andando hasta que estuvo lo más cerca posible del portal, su pase de salida hacia la más absoluta maravilla, su alfa. Con el corazón latiendo con fuerza, YoonGi cruzó el umbral hacia el jardín Amisan, casi como flotando en el aire, comenzó a correr, mientras una amplia sonrisa se dibujaba en su semblante.

FREEDOM ♕ [NAMGI] OMEGAVERSE +18Where stories live. Discover now