22. Suplicas al universo

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ELIAN HANSEN

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ELIAN HANSEN

—¿Y cuál va a pedir? —preguntó la señorita.

Estaba comprando flores para Aurora, se las enviaría a la oficina, como un detalle de mi parte.

—Quiero rosas rojas, pero las quiero en una caja de tapa transparente y un lazo dorado —detalle, ella asintió y se giró para prepararlas.

¿Le gustarán las rosas? Esperaba que las recibiera, me hacía ilusión ver su hermosa carita al verlas. Dar flores es un detalle que jamás debería ser olvidado, incluso si se casara conmigo le seguiría dando flores y todo lo que me pidiera.

—¿Prefiere esta caja o esta? —preguntó, señalando ambas cajas con mínimas diferencias, elegí la que tenía detalles dorados porque combinaría con el lazo.

Después de unos minutos, pagué por las rosas y tomé la caja para emprender camino al D-Events. Sólo estaba a unas cuadras así que no me tomó mucho tiempo llegar, bajé del auto y fui a la recepcionista. Le pedí que llamara a Aurora, que le dijera que yo le había enviado esto.

Por supuesto que no olvidé dejar una nota dentro de la caja.

Salí del edificio de dos pisos antes de que Aurora apareciera, pero como de verdad quería ver su reacción me quedé esperando en el auto, y para asegurarme de que realmente las haya recibido. Ella llegó a la recepción pero se veía algo oscuro por los vidrios, cuando las recibió estaba de espalda.

Tomó la caja en sus brazos y se fue por el pasillo, pero antes, miró hacia afuera. Encendí rápido el auto antes de que se diera cuenta que estaba ahí. Quería que recibiera las flores pero también quería que me extrañara, así tal vez estaría ansiosa por verme otra vez.

Bien, Elian. Tienes que causar que ella te quiera ver.

Tendríamos otra pijamada y no podía esperar para estar con ella, pensar en que Aurora dormiría en mi casa otra vez, me emocionaba. El mismo sentimiento de un niño cuando le dan un dulce. Aurora es mi dulce, y cada vez que estaba cerca de ella, me declaraba la persona más feliz del mundo.

Al llegar a casa, subí a mi habitación para trabajar. Yo lo hacía a través de la computadora. Ayudaba a la agencia a hackear, rastrear y también era parte del personal que mantenía su sistema seguro.

Pero eso no es todo lo que hacía, también trabajaba para mejorar el sistema de seguridad de redes a diferentes entidades privadas y ayudarles a tener un sistema de contabilidad preciso. La gente se sorprendería de la cantidad de maliciosos que intentan hackear cosas u obtener su información privada.

Siempre se debe tener cuidado de enlaces extraños o páginas de suscripción de dudosa procedencia.

Después de tres horas frente a la computadora, terminé mi trabajo y me levanté de la silla para estirarme, era hora del almuerzo. Bajé las escaleras para ir a la cocina, mientras lavaba mis manos recordé la fiesta de ayer.

Rompe mis miedos © ✓ (Completa)Where stories live. Discover now