Capítulo 18

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Parecía como si tuviera una llama ardiendo a su alrededor. No me quedaba otra opción, además sería realmente difícil coger un taxi solo en este estado. En realidad, no me quedan excusas para dar. Pensaba en darme la vuelta y salir corriendo, pero en el momento en que vi a Doha frente a mí, mi corazón empezó a latir como loco. Y
así termine subiéndome al auto como si estuviera poseído. Era una muerte segura, era como si aceptara enredarme en las redes de un estafador. *[N/T: Se refiere a que sabía que iba a pasar, pero aun así se subió.] —¡Acá, espere un minuto! ¡Hey, detén el auto por favor!
Sin embargo, el auto no se detuvo. Estar a solar con Doha en un auto cerrado era una verdadera tortura. Baek Doha conducía
el auto con una mirada fría y seria, mientras que yo hacía todo lo posible para aguantar la
situación. Estaba tan nervioso que comencé a morderme los labios. —Duerme. —Fue la única palabra que salió con frialdad de sus labios. Así que bajé la
ventanilla de mi lado, giré la cabeza hacia la dirección en que entraba el viento y respiré
hondo. También me quité el engorroso saco. A medida que el aire ingresaba, me sentía
mejor. —¿Hacia dónde nos dirigimos? —pregunté, pero no obtuve respuesta. —¿Por qué no tomas los medicamentos si sabes que te afectan las feromonas? ¿Por
qué eres tan terco? Tomate las pastillas.
—¿Sabes que el asistente Park es un Alpha? —Ah, ¿sí?
No entiendo, ¿por qué dice todo eso? —¿Quién es el asistente Park? —Es el tipo que intentó deliberadamente tocarte frente a mí. Parecía estar hablando del asistente que ingresó con las bebidas. Pero fui yo quien
derramó el agua, él solo estaba tratando de limpiar el área mojada, pero Doha cree que él lo
hizo deliberadamente porque estaba poseído por mis feromonas. Eso es una completa
locura. —Ah… —Un suspiro salió de mí. —No, Sr. Doha…
Al contrario de sus preocupaciones, traté de decirle que nadie estaba interesado en mí, pero estaba sin aliento y me era muy difícil articular palabras. —Tus inhibidores, ¿no los trajiste? —Me miró mientras me preguntaba en un tono
molesto. Definitivamente no comprendió mis intenciones. —Si traes alguna medicina, tómala. —No, no los traje, mi cuerpo no los necesita… —¿Quién es el hijo de puta que te dijo eso? —Fue el doctor. —¿Estás seguro de que es un doctor y no un charlatán? —Baek Doha no habló más, exhaló un aliento espeso y caliente e incluso le rechinaron los dientes. Vi cómo se contraían
sus suaves mejillas. Se veía todo adolorido, tanto como yo. —Creo que voy a explotar por tu culpa, pero tú ya te ves mejor. Estoy tan enojado e
irritable, vamos a dar una vuelta. Entonces lo vi, entre sus piernas había algo abultado, estaba tan excitado e imponente. Hacía bastante calor y podía ver como cada vez crecía el tamaño de su pene. —No lo veas o tendrás que asumir las consecuencias. De repente frenó el auto. Naturalmente reclinó el asiento del copiloto y se acercó. Me sorprendió y traté de evitarlo, pero mi corazón se volvió loco ¿Qué me pasa?
Él estaba muy cerca. Sentía como mi pene empezaba a levantarse, empezó a doler y a
palpitar, me estaba excitando y a la vez muriendo del dolor ¿Ahora estoy igual a él?
Desesperadamente, volteé la cabeza hacia la ventana para que el aire calmara mis deseos. Estaba en medio de una lucha de feromonas, estaba hecho todo un desastre allí abajo. Tenía
miedo que mi cuerpo se doblegará a mis instintos. El viento soplaba fuerte como ayudándome para poder calmar el momento, pero ¿qué pasa
si en verdad no puedo resistirme y me dejo llevar por los deseos de mi cuerpo?
En realidad, no sé quién los dos resista más. Estoy tan confundido y temeroso ¿Qué pasa si
caigo en un abismo de lujuria? Si eso llegara a pasar definitivamente seré un despojo humano, me sentiré la persona más vacía de este mundo. El calor seguía subiendo, crucé las piernas y traté de respirar con calma. La sensación de
tener la ropa interior mojada y pegada a las nalgas era tan desagradable. —¿Por qué yo? —La voz me temblaba. —Por el simple hecho de ser tú. —Su respuesta fue inmediata, pero su respuesta fue tan
simple que no la entendí. —¿Por qué tengo que ser yo? ¿Por qué apareces frente a mí y me confundes? Hay
tanta gente maravillosa y perfecta a tu alrededor. Tantos como Haesoo y Hyunseo. —
Las palabras salieron con tanta emoción que me quedé sin aliento, pero Doha no pudo
responderme. —Me preguntas porque tú. Pero ¿por qué? —Se acercó a mis oídos, habló con una voz
tranquila mientras golpeó el sillón con su puño y en voz baja dijo —:Maldita sea… —Tu olor. Ese maldito olor que me vuelve loco. Soy una persona que no retrocede
ante nadie, pero tú haces que todo cambie. Agg Tus feromonas… ¿Por qué no las
controlas? ¿No te das cuenta que me tienes al límite? ¿O lo estás haciendo a propósito?
¿Por qué está diciendo eso? Si es él el que empezó a esparcir sus feromonas, está asfixiándome
¿quiere asesinarme? Trataba de calmarme, pero mi garganta estaba tan apretada que no
podía emitir ningún sonido. —Tú eres el único que puede sentir mis feromonas. Los otros Alphas no huelen nada
de mí. Tú eres la única persona que puede sentir mis feromonas, me dices que las
controle y no sé cómo hacerlo. Yo no te estoy provocando, yo solo estoy
reaccionando a tus feromonas Doha y tampoco sé por qué lo hago. Tú eres el único
que me ha dicho que puede sentir mi aroma y que eso hace que tu cuerpo se caliente
y te excites. —No sé, en realidad no sé qué diablos me está pasando, todo es extraño y aterrador.
Desde que este hombre se acercó a mí, siempre me pasan cosas extrañas. Mis feromonas se
alteran, mi cuerpo se calienta, esto es algo nuevo, nuevo para una persona vacía como yo. Este hombre me vuelve loco, y estoy a su merced, me estoy volviendo loco. —Puede que sea el destino. —Es una locura atribuirle algo como esto al destino, pero el
profesor Choi, que es un médico bastante calificado, también mencionó que lo que me
pasaba podría ser un extraño fenómeno del destino. —Destino. —Repetí suavemente, mientras mi corazón latía fuerte. En verdad todo esto se puede explicar con la palabra
destino. —Cuando tú apareciste, para ser más claro cuando tus feromonas aparecieron por
primera vez ante mí, eran un olor muy distinto a todo lo que había conocido, un olor
tan peculiar. Pero nunca pensé que yo era el único que podías reaccionar, ¿tú crees
que esto es obra del destino?
Al escuchar estas palabras giré mi cabeza en dirección a Doha, él estaba viéndome
fijamente con una sonrisa tan espléndida, se veía tan varonil. —Destino, esa palabra me agrada. El sonido de su sonrisa mezclada con el aire fresco era perfecto. Su gran sonrisa mostraba
sus dientes blancos. No era una sonrisa retorcida, era una sonrisa llena de sinceridad y
felicidad, como la de un niño. —Al parecer eres un hombre que sabe reír tan alegremente. —Ese gesto fue tan
inesperado y solamente di una leve sonrisa. A este hombre lo he visto pocas veces, no sé
nada de él, pero creo que esta imagen tan compasiva no la muestra a todos los demás. Su rostro se volvió más hermoso de lo normal, en realidad no podía apartar la mirada de él, era tan cálido como el sol de la tarde. Envidié la sonrisa tan pura que dio al escuchar la palabra destino, no importaba de qué lado
lo vea su sonrisa es tan deslumbrante. Él, a diferencia de mí, estaba muy tranquilo. Yo parecía una bomba de tiempo. Mientras respiraba profundamente, inhalé, me ahogué y de mi boca salió una expectoración. Cada vez aumentaban más las expectoraciones y con ellas mi cuerpo vibraba violentamente
mientras mi estómago se revolvía. Era muy doloroso porque todo se movía, además de que
ya era muy difícil estar sentado porque mi trasero estaba húmedo y mis labios temblaban. Estaba al límite. Todo mi cuerpo estaba empapado con sus feromonas y eso hacía que no pudiera
mantenerme tranquilo, incluso el seguir charlando me era imposible. —Naciste con el gran talento de hacerme feliz, tu aroma me conforta.
No sé si creer en esas palabras, sus acciones mostraban un gran entusiasmo. Sus feromonas
me envolvían tan gentilmente y aunque las ventanas del auto estaban bajas, no servía de
nada porque todo estaba muy caliente. —Para… por favor. —Fue muy difícil pronunciar esas palabras, mi voz estaba muy
temblosa. Hacía tanto calor que quería quitarme los botones que me llegaban hasta el cuello. No fue
nada fácil desabrocharlo debido a que mi mano seguía estando temblorosa, ya no podía
más, así que simplemente lo arranqué bruscamente. Los botones salieron y el cuello de mi
camisa se abrió. —Por favor. Ya no puedo más, me volveré loco. Quiero vomitar…. Ah, ah, ah. —En ese
momento, sonidos extraños y vergonzosos emanaron de mi boca. Traté de morder mis
labios para evitar que los sonidos salieran, pero no funcionó. —Ah, ¡Maldita sea!
✤✤✤✤✤✤
Tenía un impulso porque detuviera el automóvil en cualquier momento, pero el auto siguió
en movimiento. Sentía un gran dolor al cruzar las piernas, todo allí abajo estaba húmedo. De pronto, tuve una erección, mi pene estaba tan duro y erecto, mi trasero cosquillaba y se
humedecía cada vez más. Qué sentimiento tan desagradable y más cuando no puedo hacer
nada para aliviarlo. Fue tan vergonzoso, no podía quedarme quieto, me estaba volviendo loco. Estaba al lado de
Doha, así que de la vergüenza tuve que colocar mi mano entre mis piernas. Sentí como el auto paró. Traté de mantener la calma, respiré profundo y levanté la cabeza. No podía distinguir en dónde estaba, me levanté y traté de quitarme el cinturón de
seguridad, tenía que salir del auto lo más rápido posible, ya no podía más, estaba
conteniendo el llanto. Tenía que salir de inmediato de este infierno de feromonas. De repente, el cuerpo de Baek saltó hacia mi asiento. Yo estaba tan sorprendido y excitado
por su cuerpo que estaba pegado al mío. Estábamos en el auto aun, todo estaba tan estrecho y el cinturón de seguridad colgaba
desabrochado como si fueran grilletes. Cuando me di cuenta su rostro se encontraba frente
al mío, me veía fijamente, tenía una mirada tan firme. No, rápidamente levanté mis manos y me tapé la boca. Una sonrisa se escapó de su boca, mientras yo tenía firmemente las manos cubriendo mi boca. Él giró la cabeza y comenzó a
reírse.
Sus labios se acercaron a los míos, yo lo vi fijamente y en un momento sus labios se
presionaron contra los míos. Su tacto se sentía increíble y su beso tenía una fuerza
profunda. Al principio apreté mis labios fuertemente, pero no pude resistir y terminé
besándolo. —¡Eh! —Un gemido escapó de mis labios y todo mi cuerpo tembló. Traté de abrir mis
parpados cerrados, mientras que su lengua empujaba profundo en mi boca, estaba tan
caliente y mi lengua no paraba de moverse. —Ah, ah, ah, ah. —Mi lengua y la suya se
encontraban enredadas, mis labios estaban empapados. Unos breves gemidos se podían
escuchar, mientras que sus feromonas me envolvían dulcemente llenando todo mi cuerpo.

Noche de caza (Hunting Night)Where stories live. Discover now