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Ella no ganó, y yo estuve a segundos de ganar, pero Barby fue más rápida que yo. Estábamos decepcionados, pero a Sergio y Poncho no parecía molestarles por completo, estaban seguros de que Bárbara sería quien saldría. Por mí parte, estaba casi seguro de que yo saldría nominado esa semana, junto con Apio, pero trataba de no pensarlo, y Frida era mi soporte en ese momento. 

Pero después de estar cansados de escuchar tantas estrategias, y de que el nombre de Frida, el de Apio y el mío relucieran por la cantidad de veces que habían sido nombrados, todos ya estábamos en el baño, preparándonos para dormir: Wendy, Barby, Apio, Emilio, Frida y yo. Algunos lavaban sus dientes, otros se desmaquillaban, otros se despeinaban, etc. Esa vez me bañé rápido, aprovechando que estaban todos y pidiéndole a Frida que cuidara que nadie me abriera la puerta. 

Cuando salí no había nadie más que Frida, ya en pijama y cepillando sus dientes. Yo salí con la toalla a la cadera y me acerqué para también cepillar mis dientes, mientras Frida me hablaba de los enfrentamientos que había tenido con Wendy y Emilio por intentar abrirme la puerta, yo reía mientras me contaba eso. Apenas terminé de cepillarme, Frida tomó mi muñeca, y me jaló hasta meterme en un baño, y nos encerró ahí.

—¿Qué haces? —le pregunté extrañado y emocionado, ella sólo colocó su dedo sobre mis labios, indicando que me callara, y enseguida se lanzó a besarme de la forma más intensa y violenta que pude haber imaginado. 

En medio del beso nos movimos para tocarnos. No sé de qué forma yo terminé sentado en el inodoro, sobre la tapa, mientras ella estaba sobre mi regazo, atacando mis labios mientras yo intentaba seguir el ritmo. Esa parte de Frida era totalmente desconocida para mí, y me encantaba.

Esa era una versión de ella cegada por el deseo, y saber que yo provocaba eso en ella fue como si me hubiera ganado el premio mayor en la lotería. Así que yo también me dejé embriagar por esa pasión con la que ella me acariciaba. Entonces me separé de ella, sólo para comenzar a besar su cuello, mientras la forma en que se aferraba a mis brazos parecía corresponder a la manera en que me aferraba a su cintura. Yo no sabía que mi agarre la lastimaba, hasta que ella, en medio de pequeños gemidos e intentos por no hacer ruido, bajó sus manos hasta las mías y las separó de su cuerpo. 

—Duele —me susurró a los labios, eso me hizo detenerme, y volver a la realidad en la que estábamos siendo grabados, malditas cámaras. Al mismo tiempo esa misma situación me parecía excitante, y es muy probable que a ella también le pareciera de esa forma. 

Frida se separó un poco de mí, sólo para levantar su blusa y ver que la fuerza de mi agarre había dejado la marca de mis dedos sobre su piel. Yo me habría disculpado por eso, pero ella soltó una pequeña risita complacida y cómplice.

—No tienes idea de lo mucho que deseé estar en esa suite contigo —me susurró y yo sólo sonreí.

—Si la forma en que descargas tu frustración es esta, perderé todos los liderazgos de aquí hasta que me saquen —ella soltó una risita, me hacía demasiado feliz verla de esa forma, tan alegre por las tonterías que yo decía, y me motivaban a seguir haciéndolo.

Enigma [Nicola Porcella]Where stories live. Discover now