Capítulo 8

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La noche se extendía en silencio, pero ni T/n ni Kayn parecían poder conciliar el sueño. Sus pensamientos seguían revoloteando en sus mentes, como mariposas inquietas. Habían compartido momentos que desafiaban sus propias expectativas y barreras emocionales, y eso había dejado una marca indeleble en ambos.

Mientras el reloj marcaba las primeras horas de la madrugada, Kayn se encontraba en su habitación, mirando al techo en la oscuridad. Una agitación interna lo consumía. Recordaba la sensación de las caricias de T/n, la suavidad de su toque y cómo había hecho que su corazón latiera de una manera que nunca antes había experimentado. Sin embargo, también recordaba cómo Rhaast había interrumpido ese momento, convirtiéndolo en algo incómodo y desenfadado.

A medida que el tiempo pasaba, Kayn se dio cuenta de que no podía sacudirse la necesidad de sentir el afecto de T/n nuevamente. La imagen de sus ojos y su sonrisa flotaban en su mente, y una especie de desesperación lo invadió. Cerró los ojos con fuerza, luchando contra sus propios sentimientos, su propio deseo de esa cercanía.

Finalmente, Kayn se puso de pie sosteniendo a Rhaast y en su mente se dijo a sí mismo que estaba siendo débil, que no necesitaba ese tipo de afecto. Pero una voz en su interior le recordó que T/n era la única persona que alguna vez le había mostrado amor y cariño genuino.

Kayn abandonó su habitación en silencio y se dirigió hacia la habitación de T/n. A medida que se acercaba, su corazón latía con una mezcla de emoción y ansiedad. Golpeó suavemente la puerta y esperó, tratando de ocultar cualquier muestra de vulnerabilidad.

T/n abrió la puerta, luciendo sorprendida por su presencia.

—Kayn, ¿qué haces aquí?

Kayn intentó parecer indiferente, pero su mirada traicionaba su desesperación.

—No podía dormir. Pensé que tal vez podríamos hablar.

T/n lo miró durante un momento y luego asintió, dejándolo entrar. La habitación estaba bañada en la suave luz de la luna que se filtraba por la ventana. Era un ambiente tranquilo y cómodo, como si estuvieran en un mundo aparte.

Se sentaron uno frente al otro, ambos un poco nerviosos pero también ansiosos por retomar la conexión que habían compartido. Aunque Kayn seguía tratando de ocultar sus emociones, T/n pudo ver más allá de su fachada.

—Kayn, sé que intentas parecer indiferente, pero puedo sentir que hay algo más que no estás diciendo.

dijo T/n suavemente.

Kayn bajó la mirada por un momento, como si estuviera luchando consigo mismo.

—Tal vez no deberíamos haber compartido ese momento antes. No quiero que pienses que... que necesito eso.

T/n se acercó un poco más a él, su mirada llena de comprensión.

—Kayn, está bien necesitar afecto y conexión. No eres débil por querer sentirte cerca de alguien.

Kayn levantó la vista hacia ella, sus ojos oscuros brillando en la penumbra.

—T/n, tú eres la única persona que alguna vez me ha enseñado lo que es el amor. Pero también sé que tengo un lado oscuro, una lucha interna con Rhaast. No quiero arrastrarte a eso.

T/n extendió su mano y tomó suavemente la de Kayn.

—Kayn, entiendo que tienes tus propias batallas internas, pero eso no cambia cómo siento por ti. No estoy aquí para juzgarte ni para ser parte de tus problemas. Estoy aquí porque quiero estar contigo.

La voz de Rhaast era presente en el momento, pero esta vez sus comentarios eran más ligeros, casi como si estuviera aceptando la situación.

—Oh, parece que finalmente has encontrado alguien dispuesto a soportar tu miseria, ¿no es así, Kayn?

Kayn ignoró las palabras de Rhaast y se dejó llevar por el momento. Finalmente, cedió a lo que había estado deseando, acercándose a T/n y permitiéndose sentir su caricia una vez más. T/n acarició suavemente su mejilla, y Kayn cerró los ojos, entregándose a la sensación de afecto y cercanía.

Sin necesidad de más palabras, los dos se acercaron lentamente, sus labios encontrándose en un beso suave pero cargado de emociones. Era un beso que hablaba de anhelo, vulnerabilidad y una conexión profunda que habían estado buscando en medio de sus luchas internas.

Después de compartir ese momento, caminaron silenciosamente a la habitación de Kayn, tomados de la mano compartiendo y cruzando miradas mientras vagaban en los pasillos.
Una vez ahí, se recostaron juntos en la cama, abrazados en la intimidad de la noche. A medida que el sueño finalmente los envolvía, T/n sintió que Kayn se relajaba en sus brazos, como si finalmente hubiera encontrado un refugio en su afecto.

La presencia de Rhaast seguía ahí, pero sus comentarios eran menos mordaces y más como susurros lejanos. T/n sintió que finalmente estaban encontrando una atmósfera neutra, un lugar donde podían compartir su conexión sin ser completamente absorbidos por las complicaciones que los rodeaban.

Mientras se sumían en el sueño, los dos encontraron una especie de paz en el abrazo del otro. Esa noche, durmieron juntos, no como amantes, sino como dos almas que habían encontrado una conexión especial en medio de sus propias luchas y vulnerabilidades. Y en ese momento, todo parecía encajar, incluso si solo fuera por una noche.

Kayn y Tú "Supremacía"Where stories live. Discover now