Capítulo 37

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T/n, exhausta y emocionada por su reencuentro con Kayn, cayó sobre sus brazos con un suspiro de alivio. Había caminado largos trechos con esos zapatos incómodos, y sus pies estaban sufriendo las consecuencias. Kayn, sin embargo, la miró con calma y afecto, comprendiendo su situación. Sin decir una palabra, la levantó en sus brazos y la cargó hasta sus aposentos.

El cuarto de Kayn, a pesar del desorden característico, estaba prácticamente igual que la última vez que T/n lo había visto. La familiaridad del lugar la reconfortó, y ella se dejó llevar por la sensación de estar finalmente de regreso con él.

Una vez en la habitación, Kayn la depositó suavemente en la cama. T/n aprovechó para estirar las piernas y liberar sus pies de la tortura de los tacones. Sus talones estaban en carne viva, y el alivio de no tener que soportar más ese dolor era inmenso.

Kayn se quedó de pie junto a la cama, observando a T/n con una mezcla de alegría y preocupación en sus ojos. Ella no pudo evitar sentirse vulnerable en ese momento. Había luchado contra todo para llegar hasta él, pero ahora que estaba allí, se daba cuenta de lo desgastada que se sentía.

T/n miró a Kayn, con sus ojos llenos de emociones reprimidas durante tanto tiempo.

—Kayn... —susurró, su voz temblando un poco. —Te he extrañado tanto.

Kayn se inclinó hacia adelante y la besó suavemente en los labios, un beso lleno de amor y añoranza.

—Yo también te he extrañado, T/n, —Murmuró contra sus labios. —Más de lo que puedes imaginar.

T/n rodeó el cuello de Kayn con sus brazos, tirando de él hacia un abrazo apasionado. Sus bocas se encontraron de nuevo, y esta vez el beso se volvió más intenso, cargado de deseo y necesidad acumulados durante su separación. Kayn la besó con hambre, como si no pudiera tener suficiente de ella.

T/n sintió el latido rápido de su propio corazón mientras se hundía en ese beso, deseando estar más cerca de Kayn, deseando fusionarse con él de alguna manera. Pero sabía que había algo que debían aclarar, algo que no podía dejar de lado.

Después de un rato, cuando finalmente se separaron para tomar aire, T/n miró a Kayn con seriedad.

—Kayn, necesito que hablemos de algo importante.

Él asintió, su mirada intensa fija en la suya.

—Lo sé, T/n. Hay muchas cosas que debemos discutir.

Decidieron sentarse uno al lado del otro en la cama, manteniendo una distancia cómoda pero cercana. T/n tomó una respiración profunda antes de comenzar.

—Primero que nada, quiero que sepas que, a pesar de todo lo que ha pasado, aún te amo, Kayn. No importa cuánto tiempo haya pasado o cuán lejos haya tenido que ir, eso nunca ha cambiado.

La expresión de Kayn se suavizó mientras escuchaba sus palabras.
—Estar lejos de ti fue... agonizante.

T/n asintió con tristeza.
—Lo sé, Kayn, y lamento mucho haber tenido que irme de esa manera. Pero tenía que hacerlo para protegerte a ti y a la Orden de las Sombras. Khada Jhin es peligroso, y necesitaba enfrentarlo.

Kayn frunció el ceño.

—T/n, ¿qué ocurrió en tu misión, Tu cita con Jhin?

T/n bajó la mirada.

—Sí, lo encontré. Tuve la oportunidad de matarlo, pero... —se detuvo, sintiendo un nudo en la garganta.

Kayn notó su lucha interna y la animó a seguir.

—T/n, por favor, cuéntame.

Ella suspiró.
—Kayn, no pude hacerlo. No pude matarlo. Cuando lo tuve frente a mí, cuando vi su rostro, no pude hacerlo. No pude llevar a cabo ese acto.

Kayn y Tú "Supremacía"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora