Capitulo 45

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Una vez que Akali, Kayn y T/n llegaron templo de la Orden Kinkou, Zed y Shen se encontraron cara a cara, una vez más, enfrentándose a una amenaza que requería su atención conjunta. Aunque la tensión entre ellos era palpable, ambos líderes sabían que debían poner sus diferencias a un lado por el bien de Jonia.

Shen, con su típica serenidad, escuchó a T/n explicar las imágenes macabras y el mensaje oculto que habían descubierto en el estudio de Jhin. Sus ojos se estrecharon mientras procesaba la información. Cuando T/n terminó de hablar, Shen habló con una voz tranquila pero llena de autoridad.

—Esto es grave. —Comenzó Shen. —No podemos permitir que Jhin ejecute sus planes. Debemos actuar con rapidez y detenerlo antes de que cause más daño a nuestra tierra.

Zed, quien se había mantenido en silencio, finalmente habló, y su voz destilaba una frialdad que había sido su sello distintivo durante tanto tiempo.

—Estoy de acuerdo en que debemos acabar con Jhin de una vez por todas. Pero no olvidemos que tenemos un asunto pendiente, Shen. Tú y yo.

Shen asintió solemnemente.

Lo sé, Zed. Nuestro conflicto ha durado demasiado tiempo, y ha costado vidas. Pero primero, debemos asegurarnos de que Jonia esté a salvo.

Ambos líderes sabían que, a pesar de su historia y rivalidad, debían enfocarse en el peligro inmediato que representaba Jhin. Los planes de este psicópata debían detenerse antes de que causara una tragedia aún mayor. Zed y Shen compartían un enemigo común, y eso era lo que importaba en ese momento.

Concordemos en esto, Shen —dijo Zed con frialdad. —Detendremos a Jhin juntos. Pero después de eso, tendremos nuestro enfrentamiento, uno a uno, sin interferencias. Llámalo un duelo de vida o muerte si lo prefieres.

Shen asintió, su mirada fija en Zed.

—Lo haré. Pero por ahora, reuniremos nuestras fuerzas y nos aseguraremos de que Jonia esté segura. Jhin no se librará de nosotros.

Zed y Shen, aunque con sus diferencias sin resolver, habían tomado una decisión crucial para el bien de Jonia. Trabajarían juntos para enfrentar a Jhin y, finalmente, resolverían sus asuntos pendientes de la única manera que conocían: un enfrentamiento épico que podría poner fin a años de rivalidad.

A medida que Zed contemplaba la decisión de unir fuerzas con Shen para enfrentar a Jhin, su mente divagó hacia el pasado. Recordó los días en los que él y Shen eran inseparables, los mejores amigos que habían compartido sueños y aspiraciones. Habían sido dos jóvenes ansiosos por aprender el arte del balance en la antigua orden Kinkou. Entonces, no había rivalidades, no había odio, solo un fuerte vínculo de camaradería.

Sin embargo, el camino de ambos se había bifurcado irremediablemente. Zed había cedido a la tentación de las sombras, llevado por su deseo de poder y venganza. Había sido expulsado la Orden Kinkou y a su amigo de toda la vida. En su búsqueda de poder, había cometido actos atroces, y eso lo había llevado a enfrentar a Shen en numerosas ocasiones.

Cada confrontación con Shen había dejado una herida en su alma. En el fondo, Zed lamentaba la pérdida de su amistad y lo que habían compartido una vez. Sentía dolor por el destino que se había forjado entre ellos: dos líderes opuestos, enemigos por elección, pero que alguna vez habían sido aliados.

A pesar de todo, Zed sabía que debía centrarse en la amenaza actual que representaba Jhin. Esta sería su prioridad, y después podrían considerar el enfrentamiento pendiente con Shen. Era un camino que habían evitado durante años, pero que finalmente debían recorrer.

En el fondo de su corazón, Zed deseaba que algún día pudiera recuperar la amistad que había perdido con Shen. Aunque sabía que las sombras habían cambiado su destino de maneras irreversibles, siempre había una pequeña esperanza de reconciliación, un reencuentro que pondría fin a la larga historia de conflicto entre ellos. Por ahora, sin embargo, debían unir sus fuerzas y enfrentar al verdadero enemigo: Khada Jhin.

Kayn y Tú "Supremacía"Where stories live. Discover now