Aumento de nota

16. ¿Es todo?

⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

El fin de semana acabó y las aburridas clases de siempre comenzaron. La peor forma de comenzar una semana es teniendo matemáticas, sobre todo con una vieja tan aburrida de profesora.

— Recuerden siempre estar atentos a los signos, chicos —dijo la señora Parker con su voz débil e inaudible— Si el negativo cambia de lado es positivo.

Solté un bostezo por lo que cubrí mi boca con mi mano y terminé de rellenar los garabatos de la mesa, justo cuando el timbre del receso comenzó a sonar.

— Bueno, les dejo esto de tarea para la clase que viene —pero antes de que la profesora pudiera decir más todos se fueron corriendo del salón.

Dejé mi bolígrafo y me levanté del asiento junto con Emily y Ana para caminar por los pasillos como rutina, siempre damos vueltas por la escuela.

— Oye, ¿y qué pasó con el chisme de Sarah y Matthew? —preguntó la rubia mirando en dirección a Emily, que abría un paquete de gomitas ácidas.

— Nada, terminaron.

— ¿Sólo eso?

— ¿Cómo que "sólo eso"? Es una historia con infidelidad, es suficiente chisme.

— Tampoco había otro final. ¿Qué más haría una pareja luego de vivir eso? —agregué.

— Que aburrido —dijo la rubia— Quiero que suceda algo interesante, estos días fueron puro aburrimiento.

Ojalá poder decirles de lo mío con el profesor Kelly.

Y justo cuando pensé en él, lo vi caminando por el pasillo y cruzamos miradas. Él consiguió ignorarme con facilidad y seguir su camino, pero yo no, que giré toda mi cabeza sin quitarle la vista de encima y eso me hizo chocar con alguien.

— Uy, lo siento —dijo un chico.

— Disculpa, no te vi —lo miré y alcé mis cejas al percatarme de que era Matthew.

— No pasa nada —siguió caminando y yo miré a las chicas, que estaban sorprendidas.

— Eso fue una coincidencia terrorífica —exclamó Ana.

— Más terrorífico hubiera sido si oía de qué hablamos —dijo Emily para luego mirarme— ¿A dónde veías tanto que chocaste con Matthew?

— A ningún lado. ¿Me compartes gomitas? —cambié el tema de conversación rápidamente y ella dejó un par en mi mano.

Profesor Kelly.

Pasaron dos días desde que estuve con Leyla en mi casa. Tengo muchos sentimientos encontrados desde entonces, pero son algo más que calentura.

La manera en la que ella me escuchó cuando yo le contaba de mi secreto, y la manera en la que me brindó apoyo y hasta agregó humor a la situación para hacerme sentir mejor, realmente me cautivó. Nadie me había tratado de esa forma jamás, ni siquiera Mia, que su reacción a mi secreto no fue buena, pero luego de unos meses supo entenderme.

Recuerdo cómo se comportó cuando estábamos teniendo sexo, fue increíble. Me siguió el juego a la perfección, no me trató de enfermo y hasta me pidió que la trate a mi manera.

— I-Insúlteme, p-por favor —me sorprendí— N-no me m-molesta —su voz entrecortada por los gemidos no la permitían hablar con claridad y la hacían sonar tan angelical.

Apenas ese recuerdo pasó por mi mente un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal, pero intenté recuperar mi cordura y continuar mi camino a la sala de maestros, donde iba a terminar una corrección de tareas.