47. Espíritu navideño

2.1K 82 42
                                    

⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

Falta muy poco para Navidad, exactamente tres días.

Personalmente, prefiero Halloween, pero mi papá tiene una fascinación tan grande por Navidad que decora nuestra casa como si fuera el Polo Norte. Lo peor de todo es que debo ayudar a decorar, y es un terrible dolor de espaldas.

— ¿No crees que son demasiadas luces? —pregunté viendo la caja con todas las luces navideñas, que por suerte estaban bien atadas. Si tenía que desenredar esto me iba a matar— La factura de luz no saldrá barata, papá.

— Es Navidad, cariño, es lo de menos —dijo colgando del otro lado de la sala.

— Son muchas luces y ya me duelen los brazos.

— No tienes ni un poco de espíritu navideño —negó con la cabeza decepcionado y continuó decorando.

Justo me llegó una llamada al teléfono por lo que suspiré del alivio y me bajé de la escalera para ir a recogerlo en el sofá.

— Qué lástima, debo contestar —comenté sin ocultar el sarcasmo— Ya vuelvo, papá.

— Claro, linda.

Contesté la llamada y me dirigí a mi habitación para encerrarme.

— ¿Qué tal, rubia?

Todo bien, pero sigo necesitando hacerle más preguntas al profesor Kelly —suspiré.

— ¿Otra vez con eso? Desaprovechaste tu oportunidad, hazte cargo.

Aunque sea dime donde vive para ir a preguntar.

— ¿Qué? No, eso es perturbador, Ana —dije extrañada— Deja a James tranquilo, y también a mí, por favor.

Ay, qué horror... ¿Lo llamas por su nombre? ¿No es raro tener esa confianza con él?

— Pude acostumbrarme.

Eso es asombroso. A mí me encantaría salir con un profesor, según las historias que leí en Wattpad suelen cojer asombroso.

Bastante acertado.

Oye, ¿cojes mucho con él? ¿Es calentón? —preguntó con tono pícaro— ¿Hacen juegos de roles de profesor y estudiante?

— Tuve suficiente. Adiós —me apresuré en colgar la llamada.

Se suponía que su llamada me libraría de colgar luces, pero ahora quiero colgar luces para librarme de su llamada.

A los pocos segundos mi celular volvió a sonar y yo revisé de quién se trataba. Sorprendentemente, era... Mia.

— ¿Hola? —pregunté al contestar y fui a sentarme a mi cama.

Hola, Leyla. Oye, realmente me agradó que habláramos, nos llevamos muy bien y creí que podríamos vernos esta tarde —alcé mis cejas asombrada.

— ¿En serio? —pregunté algo incrédula.

Sí, me caíste increíble.

— Pues... claro, podemos vernos. Yo... de seguro podré en dos horas, no estoy muy ocupada.

Perfecto. ¿Dónde nos vemos?

— ¡Cariño! —me llamó mi papá y yo me alarmé— Ayúdame con el árbol.

— Lo siento, Mia, debo irme. Arreglamos el lugar más tarde.

Eh... Claro.

Colgué la llamada y dejé el teléfono para salir del cuarto rápidamente.

Aumento de notaWhere stories live. Discover now