"Entre Luces y Sombras: Lorena en el Mundo Desconocido"

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Decidida a encontrar una manera de seguir adelante, me dirigí a la cafetería esa mañana

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Decidida a encontrar una manera de seguir adelante, me dirigí a la cafetería esa mañana. Al entrar, saludé a mis compañeros con una sonrisa forzada, tratando de ocultar mis pensamientos tumultuosos. Finalmente, me acerqué al mostrador donde el señor Garcia estaba ocupado tomando pedidos.

—Señor Garcia, ¿podemos hablar un momento? —pregunté con nerviosismo.

El señor Garcia se volvió hacia mí, una expresión amable en su rostro.

—¡Lorena! Por supuesto, ¿qué necesitas? —dijo con su característica amabilidad.

Me llevó a un rincón más tranquilo de la cafetería, donde podíamos hablar sin ser interrumpidos.

—Verá, señor Garcia, mi padre me ha pedido que cambie mi turno en la cafetería. Dice que ha conseguido otro trabajo para mí por las noches y que necesito ajustar mi horario aquí —expliqué, luchando por mantener la calma.

El señor Garcia me observó con atención, su expresión seria mientras consideraba mis palabras.

—Lorena, entiendo que las circunstancias cambian y que la familia es importante. No tendría problema en ajustar tu horario si eso es lo que necesitas —dijo con sinceridad—. Solo házmelo saber y lo organizaremos de la mejor manera posible.

Un sentimiento de alivio me invadió mientras escuchaba sus palabras. Saber que tenía su apoyo en medio de esta situación complicada me dio un poco de esperanza.

Después de nuestra conversación, llego la hora del descanso, donde a Abigail y yo nos sentamos a platicar un rato. Esta tan agobiada por la situación que Abigail pronto se dio cuenta.

—¿Qué pasa, Lorena? Pareces inquieta —preguntó con preocupación.

Suspiré y le conté sobre mi conversación con mi padre y cómo había cedido a su demanda de cambiar mi turno en la cafetería. Abigail frunció el ceño mientras escuchaba, y cuando terminé, su rostro se endureció.

—No me gusta nada eso, Lorena. Tu padre no debería estar tomando decisiones sobre tu vida de esa manera. Deberías ser capaz de decidir por ti misma lo que es mejor para ti —dijo con firmeza.

Asentí, agradecida por su apoyo. Sabía que Abigail tenía razón y que había cedido por miedo a la agresividad de mi padre.

—Lo sé, Abby. Pero en este momento, siento que no tengo muchas opciones. Espero que algún día pueda cambiar esta situación y recuperar mi independencia —dije con determinación.

Abigail me miró con simpatía y colocó una mano reconfortante en mi hombro.

—Estoy aquí para apoyarte en lo que necesites, Lorena. Siempre estaré a tu lado, pase lo que pase. Juntas encontraremos una manera de superar esto —dijo con una sonrisa amistosa.

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Llegó la noche y mi padre me llevó en silencio hacia el lugar donde supuestamente sería mi otro trabajo. Sentía un nudo en el estómago y una sensación de aprensión creciente a medida que nos acercábamos al destino. Mi mente divagaba entre preocupaciones y posibles escenarios, pero nunca podría haber anticipado lo que finalmente vería.

Inocencia interrumpidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora