"Búsqueda"

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Dentro de mí imponente oficina en el corazón de la ciudad de Moscú, estaba sumido en mis pensamientos turbios

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Dentro de mí imponente oficina en el corazón de la ciudad de Moscú, estaba sumido en mis pensamientos turbios. Mis fríos ojos escrutaban un mapa de la ciudad de New York mientras mi mente se perdía en el pasado.

Entra Boris, uno de mis hombres de confianza. —Jefe, necesitamos hablar sobre la búsqueda. No hemos encontrado ni rastro de la madre de su hija ni de la niña desde hace semanas.

Dejo escapar un suspiro apenas perceptible. —Boris, esto es inaceptable. Han pasado 18 años y aún no se sabe nada; la última pista fue en Nueva York. No puedo permitir que sigan desaparecidas.

Boris asintió, sintiendo el cambio en mi tono de voz. —Lo entendemos, Jefe. Hemos buscado en todos los rincones, pero no hemos obtenido ninguna pista. No sabemos si están vivas o muertas.

Aprieto los puños con furia contenida. -—Deben estar vivas, Boris. No puedo permitirme pensar en otro escenario. Tengo que encontrarlas, sea como sea.

La conversación continuó, mientras mis sentimientos me hacían mostrar una vulnerabilidad que solo guardaba para mi, nadie podía verme así . A pesar de mi reputación temible, mi amor y preocupación por mi hija y la madre de mi hija eran la única grieta en mi fachada. La determinación en mis ojos reflejaba un nuevo rumbo para mis actividades en la mafia rusa; un rumbo marcado por la búsqueda inquebrantable de las dos personas que habían logrado tocar mi corazón de piedra, un rumbo que prometía cambios profundos en mi vida y en la de quienes estaban involucrados en mi mundo criminal.

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Días después de aquella intensa conversación en mi despacho, la búsqueda de mi hija y la madre de mi hija continuaba sin descanso.

En una tarde nublada, Boris entró en mi despacho con una mirada tensa. —Señor, creo que hemos encontrado algo.

Mis ojos se fijaron en él con una mezcla de esperanza y expectativa. —Habla, Boris.

Boris sacó un sobre de su chaqueta y lo colocó sobre mi escritorio. —Hemos localizado a un agente del FBI en Nueva York qué está dispuesto a trabajar con nosotros, al parecer, ayudó a la señora Alina durante los últimos años. Ella se había mantenido oculta por temor a las consecuencias que su relación con usted pudiera tener sobre su hija. Y hay más señor, la señora reveló información sobre usted a los americanos.

Al abrir el sobre, encontré una serie de fotografías. En una de ellas, se veía a una joven que se asemejaba a cómo imaginaba que sería mi hija, junto a Alina. El corazón me latió con fuerza al ver sus rostros después de tantos años.

—¿Cómo es posible que Alina haya buscado ayuda del FBI ?¿ Y porque esas ratas no han venido a mí? —pregunté.

Boris suspiró. —Al parecer, aunque se fue por miedo, quería tener la certeza de que no estuvieras buscándolas para hacerles daño. El agente las metido en un programa para testigos, y aunque tengan información sobre nosotros, no tienen poder aquí. Saben que si se meten en territorio Ruso estarían en problemas.

Inocencia interrumpidaWhere stories live. Discover now