"Bienvenida"

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Los últimos días habían sido frenéticos

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Los últimos días habían sido frenéticos. Desde que Giovanni me confió la misión, cada segundo contaba, y cada detalle debía ser meticulosamente planeado. Estaba claro que lo que estábamos a punto de hacer no era convencional, y cualquier error podría tener consecuencias devastadoras.

Miré el reloj de la pared, el tic-tac parecía resonar con urgencia en la sala de operaciones improvisada que habíamos establecido en una propiedad apartada. Cada miembro de mi equipo estaba ocupado, preparando equipos, revisando planes y asegurándose de que todo estuviera en orden.

Casio, mi mano derecha, se acercó con un montón de documentos en la mano. —Luciano, todos los accesos al cementerio han sido asegurados. Tenemos a nuestros hombres en puntos estratégicos y las rutas de escape están listas.

Asentí, aunque mi mente estaba centrada en todo lo que estaba apunto, de suceder.

—¿Has confirmado la llegada del doctor? —pregunté.

Casio revisó su lista y asintió. —Está en camino, llegará en aproximadamente una hora.

Me froté la sien, sintiendo cómo la presión empezaba a acumularse. El tiempo no estaba de nuestro lado, y cualquier retraso podría poner en peligro toda la operación.

—Quiero que dupliques la seguridad en todos los puntos de acceso, Casio. No podemos arriesgarnos a que alguien interrumpa lo que estamos a punto de hacer.

Casio asintió nuevamente y se alejó, dejándome con mis pensamientos.

Bianca entró a la sala de operaciones acompañada por un científico, el mismo que había sido responsable de la creación de las inyecciones que estábamos a punto de utilizar. El hombre, de aspecto serio y con una expresión que revelaba años de experiencia, asumió el papel de instructor mientras explicaba el funcionamiento de las inyecciones.

—Estas inyecciones son un avance revolucionario en la medicina forense —comenzó a decir, su voz tranquila pero cargada de autoridad—. La primera inyección detendrá el corazón de la persona durante un período de 48 horas, tiempo durante el cual parecerá que están clínicamente muertos. La segunda inyección reactivará el corazón y traerá de vuelta a la persona a la vida.

Todos en la sala asentimos, conscientes de la importancia de lo que estábamos a punto de hacer.

—Sin embargo —continuó el científico—, debemos ser extremadamente cuidadosos. La segunda inyección debe administrarse con precisión milimétrica, ya que un error podría resultar en daños irreparables al corazón. Además, no podemos asegurar que no haya efectos secundarios desconocidos, ya que esta tecnología está en una fase experimental.

Sus palabras eran un recordatorio sombrío de lo arriesgado que era nuestro plan, pero no teníamos otra opción.

—Además —continuó el científico—, hay una complicación importante. La primera inyección hará que la temperatura corporal de la persona descienda drásticamente, lo que podría causar daño cerebral si no se controla adecuadamente.

Inocencia interrumpidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora