Uno

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Ailinne llevó una de sus manos a la larga cabellera de color castaño, liberando así los mechones ondulados de la coleta alta para dejarlos caer por detrás de su espalda con salvaje libertad, al tiempo que terminaba por apartar el flequillo de sus ojos.

Se había cumplido poco más de un año desde que había sido obligada a vivir con Priscila, por lo que las facciones infantiles quedaron atrás en su totalidad, dejando en su lugar a una chica bastante atractiva, la cual estaba por cumplir dieciséis años el próximo mes. Si bien, sus ojos joviales continuaban enfatizando una mirada optimista que hacia juego con la sonrisa coqueta que revelaba un par de hoyuelos en sus mejillas, algo en ella marcaba una notable diferencia. ¿Acaso correspondía a la madurez adquirida o era algo más que ignoraba por completo? Resultaba imposible decirlo con exactitud y tampoco es que fuera relevante... Al menos de momento.

Como quiera que sea. Los pasos de la chica siguieron hasta acercarse al guardia que custodiaba la entrada de la unidad, y tras intercambiar un saludo cordial, llegó a la enorme casa que se dividía en cuatro departamentos diminutos. Con sus labios moviéndose rítmicamente al compás de la música que llegaba de los audífonos, se hizo dentro del hogar que mantenía la puerta abiertas de par en par.

Para qué me moleste en traer las llaves si mi madre decidió ventilar el apartamento. Ailinne se quejó para sí misma.

Tras unos segundos el semblante relajado que la Castaña mantenía cambio a uno más distante, al punto de no prestar demasiada atención a aquello que la rodeaba. Sin embargo, su cerebro intervino con tal rapidez, haciendo su mejor esfuerzo por apartar cualquier pensamiento amargo que tuviera relación con los asuntos ocurridos bastantes meses atrás. Después de todo, tendría suficientes horas para fastidiarse a sí misma con la aparición de su hermana.

Dejando escapar un suspiro de cansancio, Ailinne deposito su llavero sobre la mesilla correspondiente, ocasionando que el sonido metálico sirviera como un indicador de su regreso. Sin demorar la bienvenida, unas pequeñas garras se hicieron oír por todo el lugar, dejando a la vista un cachorro de raza Border Terrier.

Incapaz de contener el entusiasmo que le generaba volver a ver a su dueña, Hunter se impulsó para dar reiterados saltitos, demandando así un poco de atención. Con una sonrisa, Ailinne alzó al animalillo por unos segundos para después dejar que se perdiera por la zona residencial, igual a como lo hacía todos los días. Teniendo en cuenta que los hijos de sus vecinos solían jugar con el cachorro, la chica sentía la libertad de permitir que este merodeara por los alrededores, siempre y cuando no causara destrozos mayores.

Como olvidar que había gastado su última mesada en pagar las figurillas de cera que Hunter había destrozado a su vecina del veinticuatro, o eso es lo que habían dicho Izzy y Tony. Claro que ella tenía sus sospechas, pues no por nada los pequeños habían ganado su desastrosa fama.

En fin. Hunter había llegado a su vida de manera imprevista un día cualquiera de otoño, mientras que la Castaña (a tres meses de haber salido de la ciudad) aún lidiaba con los estragos, localizo que el cachorro merodeaba nerviosamente por los alrededores de la unidad. Sintiéndose contrariada al ver que el animalillo se encontraba solo, tardo varios minutos en buscar al resto de su familia, asumiendo que esta no solo existía, sino que se encontraba en algún lugar próximo. Al final comprendió que el perrito había sido abandonado a su suerte, tomándose la libertad de llevarlo consigo.

A decir verdad, nunca antes había tenido una mascota, por lo que rescatar al cachorro no solo presentaba la excusa perfecta para que su madre aceptara conservarlo, sino que de esa manera Ailinne podría ocupar su mente en temas que no tuvieran relación con... En fin. Aquella misma tarde, la chica lo llevo al veterinario para darle los cuidados correspondientes, gastando gran parte de sus ahorros en la consulta, además del alimento y demás objetos que el animalillo usaría.

INEVITABLE ERRORWhere stories live. Discover now