Cinco

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Caleb no tuvo problemas para descifrar los sueños agridulces que insistían en no dejarlo descansar en los últimos días (todo parecía indicar que estaba regresando a sus viejos hábitos), pues al despertar por completo, alcanzo a reconocer de dónde venían las múltiples escenas arbitrarias.

Sin importar que tanto intentara apartar los recuerdos de aquel lejano día, el chico se encontraba a sí mismo cediendo ante las pesadillas responsables de su insomnio, causando así que una sensación amarga se extendiera a cada rincón de su interior. Si bien, se habían cumplido trece meses desde que supo de la partida de Ailinne, el chico evocaba el incidente en ciertas ocasiones particulares. Tal vez estas estaban volviendo por la conversación con June que había tomado lugar unos días atrás, o quizá se debía algo más que no terminaba de ignorar. ¿El aniversario de su promesa? De nada servía la respuesta, de momento solo veía con una mayor claridad a un Caleb más joven perteneciente a sus memorias:

Se trataba de un domingo cotidiano de agosto del año pasado, y el reloj ubicado dentro de su habitación marcaba las 07:51. La falta de sueño destacaba los círculos debajo de sus ojos, así como unos labios agrietados que iban de la mano con su apariencia desaliñada. No obstante, lo único que le interesaba en ese entonces era recibir una réplica a los mensajes enviados a lo largo de la semana, los cuales buscaban comprender lo que había ocurrido tras compartir su primer beso con Ailinne y la razón que la había llevado a dejarlo esperando en el parque por varias horas. La chica por su parte se limitaba a extender el silencio...

Tengo que poner fin a esos recuerdos. El Caleb de la actualidad se dijo a sí mismo vanamente.

Dado a que no era la primera vez que deambulaba en sus pesadillas, el chico hizo un pobre esfuerzo por mantenerse en el presente e ignorar los sueños traídos por el pasado, al tiempo que cerraba los ojos con fuerza. Claro que, de nada sirvieron sus intentos por bloquear el resto de la evocación, ya que este volvió a ver a su yo de quince años discutiendo desganadamente con Anne y Jerome:

—¿Piensas ir a algún lado?

Aun si en la actualidad su madre conservaba la apariencia impecable del año pasado, en su recuerdo Anne se dejó ver igual de descuidada que su hijo. El pijama estaba oculto por una bata de seda que caía por su cuerpo delgado, mientras que su cabellera de una tonalidad chocolate estaba atada en un moño caótico, la mirada cansada se mantenía enfocada en el chico y sus finos labios estaban apretados con severidad.

—Tal vez...

—Sube a tu habitación —Esta vez había sido Jerome quien intervino sin paciencia, debido a que ambos adultos verdaderamente comenzaban a agotarse de las actitudes caprichosas e infantiles del adolescente —Necesitas dormir.

—Lo que necesito es saber que Ailinne está bien, de todos modos, es demasiado temprano para salir con mis amigos —Caleb avanzó con determinación a la salida de la vivienda, la cual fue prontamente bloqueada por ambos padres —No he sabido de ella por más de una semana y sé que no ha salido de la ciudad. Me lo habría dicho la última vez que la vi.

Sin obtener ninguna respuesta inmediata, el adolescente noto vagamente como sus padres mantenían una conversación entre susurros rápidos. Con su mente en asuntos ajenos que involucraban una forma que le permitiera escaparse lo antes posible, Caleb aparto su interés de Anne y Jerome.

Creyendo que lo más sencillo sería dar la razón a los adultos y subir a su habitación, el chico sabía que hallaría la oportunidad para despistarlos e ir a casa de Ailinne, pero nada de eso fue necesario.

—¿Realmente te preocupas por ella?

—Claro, solo quiero saber si ha ocurrido algo malo. —Admitiendo sinceramente, Caleb no pudo evitar recordar que le había entregado la hierba a la chica, por lo que sentía la obligación de comprobar que no estaba en aprietos por su culpa —Prometo no salir por el resto del verano si me dejan visitarla.

INEVITABLE ERROROpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz