Nueve

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Ailinne no pudo evitar darle vueltas al tema de Lucas y el brote recibido antes de ir a dormir. Deseando estar equivocada al imaginar que el Rubio mantenía sus sentimientos, la chica se había levantado sin atreverse a mirar su celular por temor a encontrarse con nuevas llamadas o textos que expusieran las ideas que se formaban en su cerebro.

De acuerdo, la Castaña se estaba adelantando innecesariamente a las conclusiones, ya que el único mensaje que confirmaba ser de Lucas decía una única oración en donde se disculpaba por no haber ido, al tiempo que aseguraba compensarla. Es solo que no comprendía por qué el Rubio estaba mandando los mensajes desde otro número, resultaba improbable creer que este había cambiado de numero de un día a otro. Además ¿Por qué tenía llamadas de diferentes números?

Tampoco podía hacer de lado el tema de la flor. Las gardenias estaban lejos de ser sus favoritas, y aun si Lucas no se había mostrado detallista durante su relación, algo en ella le hacía creer que el gesto podía venir de su exnovio. Quizá este ni siquiera involucraba sentimientos románticos, después de todo, la nota solo le deseaba un feliz cumpleaños. Limitándose a un mero recordatorio en donde le hizo saber que aun sin estar a su lado, él pensaba en ella en una fecha tan importante como lo es el día de su nacimiento. Sin embargo, únicamente tuvieron oportunidad de hablar hasta que fue su periodo libre.

Estando en compañía de Tristan y Ruth, la chica fue al encuentro de sus otros tres amigos, los cuales se encontraban desayunando en la cafetería del lugar. Siendo Camille la primera en correr a su encuentro, esta impactó en los brazos de Ailinne con tal alegría que logró contagiarla, dejando en el resto una sonrisa divertida ante la impulsividad de la pequeña morena. Les tomo unos segundos a los recién llegados ocupar lugar en la mesa, terminando por intercambiar saludos animados que dejaban en evidencia la amistad que se formó de manera oficial durante la fiesta de la noche anterior.

—¿Soy la única que no alcanzó a dormir más de tres horas? —Sage quiso saber, dando mordiscos a su emparedado, a la vez que hacía un intento por no ceder al cansancio.

—No debimos dejar que Mateo fuera por ti.

Con la mera mención del gemelo, Ailinne tuvo que mantener el control, pues no resultaba grato saber que una de sus amigas más cercanas se encontraba saliendo con uno de los amigos más cercanos de Caleb. ¿Sería cuestión de tiempo para encontrarse cara a cara con el chico?, o peor aún, ¿Este ya sabía de su regreso? Ni siquiera quería pensar en la respuesta a la última interrogante, no cuando ella misma había saludado en ocasiones diferentes a Mateo.

Si bien, Caleb no había sido mencionado dentro de las conversaciones ni una sola vez, tampoco podía descartar las posibilidades de que el reencuentro tomara lugar cuando menos lo esperase. Como si se tratase de una bomba con un reloj que tenía la cuenta regresiva activa, dispuesta a explotar apenas los números llegaran al cero.

Lo mejor sería no pensar en ello.

—¿Qué se quedaron haciendo que no te dejó dormir?

Al comprender el doble sentido en las palabras de Tristan, los demás dejaron escapar risas, antes de aceptar a Camille una de las galletas que les ofrecía. Dando inicio con las anécdotas ocurridas en la fiesta de Ailinne, el único que se mantuvo en un silencio pensativo fue Lucas.

La única en notar que la actitud distante del chico se debía a algo que los demás ignoraban fue la Castaña por lo que, teniendo que esperar hasta los últimos momentos de la hora, la chica se rezago junto a su exnovio. Mientras que los otros se dejaban envolver por un ambiente divertido que involucraba bromas sin sentido y temas que iban surgiendo con espontaneidad, el par seguía a un paso más ameno que los encaminaría al edificio donde tendrían su próxima clase.

INEVITABLE ERRORWhere stories live. Discover now