MI HARÉN EN EL MULTIVERSO DE DC Y MARVEL

#154 SUJETOS DE PRUEBA

#154 SUJETOS DE PRUEBA

[Ubicación: Isla Lagarto]

Abrí los ojos aturdido, mi cuerpo todavía tenso por los vívidos recuerdos que habían inundado mi mente. Mientras me sentaba en mi cama, me di cuenta de que mi dolor de cabeza palpitaba y se intensificaba con cada momento que pasaba. Antes de que pudiera ordenar mis pensamientos y darle sentido a la situación, un rugido ensordecedor llenó el aire, sacudiendo la habitación y sacudiendo mi ya dolorida cabeza.

El sonido era inconfundible: un ruido sordo que parecía reverberar a través de las paredes. Me puse de pie, agarrándome las sienes en un intento de aliviar el dolor punzante. Armándome de equilibrio, caminé hacia la ventana, atraído por la curiosidad y una sensación de inquietud.

Mientras miraba afuera, mis ojos se abrieron con incredulidad. Flotando en el cielo sobre mi casa había un avión enorme, diferente a todo lo que había visto antes. Era elegante y moderno con el logo de X-Men.

¡Mierda! ¿Que quieren ellos? ¡Mierda! Mi cabeza. Aunque mis recuerdos están fragmentados, recuerdo la mayoría de las cosas. Y Hina estaba diciendo la verdad.

La puerta se abrió de golpe y Jenny entró corriendo.

Jenny, sin aliento y con los ojos muy abiertos, observó el avión flotando y mi estado desorientado, "¿Estás bien?" preguntó con expresión preocupada.

"Sí, viviré. ¿Qué quieren?" Pregunté, frotándome la nuca.

"Storm y la abuela trajeron consigo algunos niños heridos y quieren que los ayudes", explicó Jenny la situación.

De alguna manera ordené mis pensamientos y salí con Jenny.

Cuando salí, la luz cegadora del sol asaltó mis sentidos, intensificando el dolor en mi cabeza. Me protegí los ojos con la mano y entrecerré los ojos para tener una mejor vista de la escena que se desarrollaba ante mí.

Storm y la abuela estaban cerca del avión.

"¿Son las 9 de la mañana y todavía estás durmiendo?" Preguntó la abuela.

Entrecerré los ojos ante el comentario de la abuela, el dolor en mi cabeza alimentaba mi irritabilidad. "¿Tienen idea de lo que he pasado? Dormir es un lujo que no puedo permitirme en este momento", repliqué bruscamente, "Todos ustedes tenían que molestarme con sus problemas justo cuando recuperé algunos fragmentos de mi memoria". . ¡Argg! ¡Maldita sea!"

"¿Recuerdas todo?" Preguntó la abuela con una mirada curiosa.

"Más o menos. Sólo balbucea lo que quieras conmigo. La cabeza me está matando", dije molesto.

Mientras hablaba, mis palabras tenían un tono agudo, reflejando la frustración y el dolor que me invadieron. Podía sentir la tensión en el aire, pero tenía poca paciencia para las sutilezas en mi estado actual. Mi mente era un campo de batalla de recuerdos y emociones, y el constante asalto a mi cordura me había dejado en carne viva e irritable.