Donde Hyunjin quiere que Félix se encargue de satisfacer sus más bajos y oscuros deseos. Pero cuando llega el momento de compartirlo no puede permitirlo, no que te que nadie más toque lo que es suyo.
Porque todo de ese lindo omega es de su propiedad...
Cuando el alfa termina su llamada cae en cuenta con lo que acaba de hacer, ¿que diablos ha hecho? Lo ha hecho con un omega hombre, y lo peor de todo es que su pene sigue duro y erecto.
Se maldice mentalmente mientras se gira pero ¡no esta! Emite ungruñido porque aún siente que no ha terminado con el. Sin embargo después de da cuenta que lo hizo por la fuerza. ¿que pasa? Jamás ha forzado a nadie para el sexo.
Todas las omegas son las que se le ponen en charola de plata. Jamás había hecho algo como eso, pero aunque el tenga ese pensamiento su lobo parece estar en su contra porque ese calor lo abruma nuevamente queriendo tomárselo sin embargo su lado racional le impiden hacerlo otra vez.
No puede dejar que su lobo siga tomando el control de su razon, aunque ahora ese no es el problema si no que aún quiere mas, lo necesita de nuevo.
Sólo una vez más.
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Más tarde en su casa reunió a algunos de sus mejores hombres e hizo una pelea estilo callejera. Aunque no se salvó de algunos cuantos golpes liberó toda su tensión con ellos como era la costumbre.
Aunque hubiese acabado con todo el bar no se sentía bien, ni el alcohol le quitaba de la cabeza al omega, sería en sus pensamientos y nada parecía poder quitárselo de la mente era inútil que lo siguiera intentando. El alcohol le burlaba los sentido por poco tiempo pero ni de esa manera lograba acabar con ese calor que crecía en sus pantalones. Su piel, su olor su forma de tomarlo todo era exquisito si volvía a recordarlo.
Únicamente lo necesitaba a el.
—Solo una vez más....— susurro para su mismo saliendo de la ducha.
Aunque su longitud siguiera dura y desesperada, mientras que la descarga de adrenalina desaparecía de su cuerpo dejandolo casi a la normalidad, pero no del todo.
Cuando se miro al espejo se curó los golpes que tenía en el pecho y sus nudidlos que aún lucían heridos por su pelea. Era una bestia cuando peleaba.
Y también en el sexo.
Se vistió con su ropa habitual porque debía volver al club. Esperaba encontrarlo y tener que buscarlo hasta encontrarlo.
Apenas abrió la puerta de su habitación recibió un fuerte puñetazo en la cara que lo hizo balancearse porque aún seguía muy mareado por el exceso de alcohol que consumió durante la noche y parte de la madrugada.
Tardo mucho en reaccionar y cuando lo hizo sacudió la cabeza y recibió otro golpe aún más fuerte sólo que ahora el las costillas.
—¡Imbécil es tu culpa!— exclamó Minho mientras Chris lo sostenía para que no lo golpeara otra vez. —¡¡Te voy a matar!!
