29. Sheridan

86.3K 7.6K 7.2K
                                    

«El amor tal vez es un mal común
Y así cómo ves, estoy viva aún

Las de la intuición - Shakira

AMANDA.

Es pretencioso esperar que alguien que no sabe tomar el control de un vehículo tome el control de su vida. Mucho menos de su vida amorosa.

En ningún momento he negado que soy un desastre, hago las cosas mal, actúo sin pensar y en especial me meto con la gente equivocada, pero al menos tengo el valor de enfrentarlo. No arreglar, enfrentarlo, por eso compré el pasaje más caro posible con tal de que me lleve allá.

Iría a donde fuera, estaba preparada para un viaje largo porque nadie tiene idea de a donde fue Ron, ni yo, no conozco ese país. Estoy arrastrando la maleta y la confianza por los suelos cuando una superficie solida se interpone en mi camino.

—Buen día, disculpa que no haya despertado antes, ¿Ya has desayunado? —saluda Jim—. Te puedo preparar un té que mejore tu resaca.

—Estoy bien —desvío la mirada, sujeto con fuerza el mango de la maleta—. Debo salir.

—¿A dónde vas? —Jim frunce las cejas al bajar su atención—. ¿Por qué tienes tu pasaporte en la mano? ¡¿Tú también nos vas a abandonar?!

—Volveré —murmullo—, Jim, por si acaso ¿Conoces algún traductor de Japonés que tenga disponibilidad inmediata? Es... Para una amiga.

—Bueno, yo llegué al último semestre en idiomas, sé un poco —se rasca la nuca—. Es el único del que no he perdido el hilo porque veo mucho... Contenido audiovisual en ese idioma.

—¿Por qué no terminaste la carrera?

—Me peleé con el rector.

—Oh, ¿Otro que juzgó mal tus trabajos prácticos? Eres bastante inteligente, el sistema educativo apesta.

—No, me tiré a su esposa.

Me muerdo la lengua. Supongo que no soy nadie para juzgar, pero eso me agarró desprevenida en la mañana donde todo me parece mucho más gracioso.

—El punto es que puedo ayudarte si me necesitas. —agrega.

—¿En serio? —indago sonriente—. ¿Y qué tienes que hacer hoy?

—Trabajar —me recuerda—. Sigo bajo contrato contigo. —no se nota muy animado, debe ser que acaba de levantarse.

—Pues perfecto, tienes diez minutos para armar una mochila con tus cosas ¡Espera! ¿Has desempacado? Reutiliza la que trajiste.

—¡Hola, ¿A dónde van tan madrugadores?! —Emillie despierta con una gran sonrisa, la piel perfecta y el cabello brillante, se acerca a nosotros aun en pijama.

Ambos nos quedamos en silencio viéndola, me sabe mal dejarla sola así que giro hacia Jim en busca de aprobación.

—A dónde vamos. —corrijo.

Sin duda es diferente a lo que esperaba, Kioto fue la primera ciudad en la que conseguí un vuelo con tres boletos libres, tuvimos que correr por el aeropuerto entero para conseguir abordar. Se podría esperar que un vuelo que te ocupa más de medio día junto con la ex de tu casi ex y un completo extraño sea incomodo, ambos dieron lo mejor de sí para que no me deprimiera de camino.

Me han arrebatado mi teléfono, traté de empezar un libro de romance y me dieron ganas de gritar cuando el protagonista dice que está enamorado de alguien con quien no podrá estar. El reproductor de música me ataca con canciones que cuentan amores entre personas que no son más que amigos. El silencio es aún peor.

No apto para estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora