Extra: Ponche

54.3K 5.7K 4.6K
                                    

«Don't be afraid, we'll make it out of this mess
It's a love story, baby, just say yes
»

Love story - Taylor Swift 

AMANDA.

Las festividades son igual de mágicas que los años anteriores. La diferencia es que ahora tengo...

—Odio las películas navideñas. —refunfuña Ron.

A mi propio grinch.

—¿Por qué aceptaste el papel? —cuestiono desde la comodidad de nuestro sofá.

Nuestro sofá, en nuestro acogedor departamento y con nuestro gato gordo.

—Son un par meses de grabación, no suelen haber proyectos con tan poco tiempo.

—¿Por qué este sí?

—Supongo que es simple, no hay mucho diálogo, está grabado en una misma locación y la peli solo dura 1 hora con diez o eso estipulan. Es un proyecto pequeño de unos directores amigos, se les ocurrió una idea probablemente cuando estaban fumando juntos. Pagan bien.

—¿Por qué aceptaste si no necesitas el dinero?

—Lo propuso tu padre y me dio miedo decir que no.

Estallo en una carcajada, tenía la mirada fija en un libro, cuando la levanto lo primero que visualizo es a Ron vestido por completo de verde como un ayudante de Santa Claus.

Él tira su gorro de elfo al suelo, se quita los zapatos de cascabel con los que subió hasta el piso. Su cabello está más rizado de lo normal.

Esa «pequeña risa» se vuelve una amenaza contra mí cuando pasando cinco minutos lágrimas ruedan por mis mejillas, no me queda aire y aún no deja de darme gracia porque cada vez que lo miro se vuelve peor.

—No eres chistosa.

—Ay... ayu... —en este punto, pareciera que muero de risa—. ayuda.

—Amanda, no hagas esto. Estás roja.

Estoy tirada en la alfombra, juraría que desde esta perspectiva es mucho más ridículo. Es un elfo de navidad gigante con orejas puntiagudas de plástico. Golpeo el piso, no respiro.

—¡Amanda!

Me duele demasiado el estómago, tengo que parar.

—¡Amanda, por Dios! —Ron me toma de la cintura y levanta de allí, lo cual, como es obvio no ayuda mucho a calmarme—. ¡Basta! ¡Es solo un disfraz!

Estoy llorando con más fuerza entre sus brazos, veo borroso, el vestuario es suave al tacto y aquello empeora cuando noto que trae un collar de cascabel encima como si fuera un gato. Ron está rojo, no tengo claro si es del enojo, vergüenza, o el verde realza los tonos de su cabello y piel. 

—Ya —me tapa los ojos con una sola mano—. Respira.

—Es lo mejor que he visto en mi vida.

—Quería evitar cambiarme en el camerino por una maldita vez.

—Yo... —estallo en otra carcajada, mi mente lo recuerda todo muy bien—. Yo no tengo problemas, cámbiate enfrente mío. —farfullo.

—Me caes mal a veces.

—Déjame verte, por favor.

—Me voy a ir del departamento. —amenaza.

—Es tu departamento, tonto.

—Es nuestro departamento y te lo regalo si vas a hacer esto cada vez que entre.

—Viviré sola con nuestro gato, como era mi destino desde siempre.

No apto para estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora