Capítulo 12 - Otro punto de vista. Parte 2

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El Amo estaba sentado en su sitio de siempre, tenía una cerveza en su mano derecha mientras que con la izquierda se estaba rascando los huevos. Estaba a punto de levantarse para buscar algo de comer cuando su celular comenzó a vibrar, en la pantalla ponía Axel, tomó la llamada y puso el altavoz.

- Ey que tal, como te fue en la cirugía.

- Todo salió perfecto, de hecho terminamos apenas hace unas horas. – La voz de Axel sonaba dulce pero cansada.

- No podría ser de otra forma, sabes que cualquier día te confiaría mi vida. Y ahora que estás haciendo.

- Justo estoy despertando, me había recostado un momento pero me quedé profundamente dormido, y decidí llamarte para saber como te fue, ¿como está el chico?

- El... el está mejor, hice lo que me instruiste, pero, ¿sabes? Me tiene miedo, se está sometiendo, pero sólo por miedo.

- Es comprensible, recibió una reprimenda bastante fuerte, dale un par de días, de hecho, dale algo que le guste, ¿tienes algo?

- Estaba revisando su expediente, no hay mucho pero creo que se algo que podría interesarle.

- Mañana tengo que ir a hacer un seguimiento del Sr. Erickson, me quedarías más cerca, ¿quieres que te visite?

- De hecho, mañana pensaba salir a hacer algunas compras, tengo que reabastecer el botiquín, ¿te parece si nos vemos en el pueblo?

- Seguro, pero, ¿Qué harás con el chico?

- Lo dejaré muy bien atendido. Además, necesito hablar contigo, necesito consejo.

- Claro, ya te dije, aquí estoy siempre que necesites, bueno, siempre que no tenga que entrar a cirugía claro, pero en serio, considera entrar a un curso de manejo de la ira.

- Serás tu pequeño...

- Te llamo mañana entonces.

Mientras el Amo terminaba su cena su mente vagaba por las situaciones de este y el día anterior, recordaba el como había golpeado a su esclavo hasta casi noquearlo, no había sido su culpa, no completamente, ni si quiera de los policías, lo que realmente lo había calado es que hubiera tenido que recurrir a esa persona para que lo cubriera. Veía con temor el celular, sabía que lo llamarían, y justo ahora no quería atenderlos. Estaba acostado en el sillón, tratando de conciliar el sueño.

Qué puedo hacer para que deje de temerme, esta no es la forma en que quería hacer las cosas, el chico es un adolescente, mierda apenas es mayor de edad, es bueno que me respete, pero no así. El no es como los otros, el es mío, no es un trabajo, quiero que lo desee, que lo disfrute. Todo lo que conoce de esta vida es principalmente a través del porno, no es la mejor fuente pero, al menos ya tenía una idea de lo que podría venir. Quizá... si, creo que con eso me lo puedo ganar de nuevo, además, hoy demostró un poco de verdadera sumisión, solo hay que encausarla, sí, ya sé qué hacer, y estoy casi seguro, que le va a gustar.

A la mañana siguiente el Amo continuó con su rutina de siempre, una ves estuvo vestido fue a buscar una bomba para enemas, llenó un gran balde de agua, agarro un par de trapos y tomó unas pastillas del botiquín, comenzó su descenso, el esclavo aún no se había despertado, ya no estaba en posición fetal pero seguía abrazando el peluche.

Eres toda una ternura.

Intentó despertarlo pero estaba profundamente dormido, recordó entonces que el día anterior había estado tratando de rascarse su pene, seguramente debido a la descarga no autorizada ahora estaría muy sucio allí, así que aprovecho la inconsciencia del chico para cambiarla, primero fue a buscar una jaula de metal, apenas unos centímetros mas pequeña que la que tenía, procedió a remover la de silicon, apestaba a almizcle y semen seco, así que tuvo que limpiar la zona con los paños que había bajado, después lo secó lo mejor que pudo y puso la nueva jaula. Era increíble ver que su cuerpo comenzaba a aceptar el control y la sumisión, aún con el Amo manipulando su miembro este no hizo el intento de levantarse.

Ahora eres MíoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz