Capítulo 25 - Justicia

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... Rafael caminó tranquilamente hasta posicionarse un par de pasos detrás de su Amo, fue entonces que notó que el lugar estaba un poco más lleno que antes, el había recibido a los invitados horas antes y estaba casi seguro de haber contado unos 20 o 30 con sus dispositivos de seguridad, pero ahora habían fácilmente el doble de ese número, si no es que hasta más.

El ambiente estaba viciado, cargado con la mezcla de los aromas de baba, semen y orina, y un poco de drogas mezclados con el fuerte deseo de sexo y el miedo mismo. Algunos de los chicos aun estaban siendo penetrados y sodomizados, sin embargo la mayoría de las estaciones estaban ya libres, únicamente ocupadas por los cuerpos casi inertes de los chicos que habían sido llevados al límite y un poco más allá.

Cuando las luces del recinto comenzaron a atenuarse, el resto se centraron en enfocar al extraño aparato montado sobre la tarima y la música bajó el volumen, Rafael notó que los entrenadores comenzaron a retirar a los chicos de las estaciones, pero en vez de llevarlos a la parte trasera para descansar fueron engrillados, firmemente amordazados y obligados a arrodillarse en distintos puntos alrededor de la tarima; sus cuerpos estaban llenos de rastros de baba, semen y orina, además del obvio paso del látigo, paletas, floggers y demás instrumentos de tortura, los únicos que no se unieron fueron los chicos que estaban en las habitaciones privadas, y Rafa no podía evitar sentirse incómodo, ¿Sería porque los dejaron descansar? ¿Aún los estarían usando?

El murmullo comenzó a cesar mientras un hombre alto se aproximaba a la tarima con un micrófono en mano, comenzó saludando a algunas personas y en general calmando un poco los ánimos, tocando ocasionalmente el cabello o alzando la barbilla de los chicos que tenía a su alcance, revisando sus facciones y dejando algún que otro comentario despectivo. Cuando todos los chicos estuvieron arrodillados y el resto de invitados se habían reunido en el "área", el hombre dio unos suaves golpes sobre el micrófono para llamar la atención y fue entonces que comenzó el show.

- Buenas tardes queridos compañeros, la mayoría de ustedes ya me conoce, los que no, mi nombre es Hal, trabajo con la Organización, hay a quien les gusta llamarme "justiciero", a mi simplemente me gusta jugar con los chicos, y me divierto especialmente cuando debo encargarme de educar a los monstruos.

Una fuerte oleada de vítores resonó en la estancia, la mayoría de los chicos arrodillados miraban con terror el espectáculo, deseando en lo profundo de su ser no tener que pasar por una humillación peor, uno de los cautivos incluso se orinó, convirtiéndolo en objetivo de las burlas de los asistentes.

- Tranquilos pequeños idiotas – hablo calmadamente Hal – ninguno de ustedes se merece ser el centro del show de hoy, no señores, el día de hoy nos encargaremos de castigar a un pequeño monstruo muy especial. Este bastardo se ha dedicado por los últimos cuatro años a violar indiscriminadamente tanto a hombres como a mujeres jóvenes, algunos incluso menores de edad – tras una pausa generada por los gritos de la audiencia – la Organización ha estado cazando a este bastardo los últimos 6 meses, ha sido muy escurridizo, pero al final pudimos ponerle las manos encima.

Rafael a lo lejos se vislumbró como un par de fornidos hombres traían casi arrastrando y luchando a un hombre encadenado, mientras pasaban, los asistentes le escupían y gritaban obscenidades, finalmente fue empujado sobre la mesa de la tarima, cuando estaba siendo asegurado Rafa notó que era aquel prisionero que faltaba, aquel que no había visto en días, se veía cansado, golpeado y sumamente furioso. Los invitados estaban sumamente excitados, rugiendo en vítores cuando el prisionero fue despojado de sus ropas.

- Mis queridos amigos, permítanme presentarles a Jackson Pearce – Exclamo Hal con voz atronadora dándole una fuerte nalgada al tiempo que el convicto rugía bajo la mordaza – silencio por favor compañeros, según nuestras investigaciones, esta basura ha violado un total de 25 hombres de los cuales 4 eran menores de 16 y 12 años, y 15 mujeres de las que 2 fueron menores de 16 años, ocasionando la muerte de 8 de sus víctimas. El departamento de policía de San Francisco logró capturar a este hijo de puta, el Estado de California le otorgó cadena perpetua sin posibilidad de fianza, pero sabemos que monstruos como este no merecen vivir de nuestros impuestos, así que la historia oficial es que murió en un altercado en la prisión a la que se dirigía, que obviamente nunca llegó a pisar, en cambio, según el fin de la Organización, toda escoria, basura y monstruo puede servir para algo, yo personalmente me encargaré de convertir a este bastardo en un succionador de pollas profesional.

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