5. Pelear con presión.

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Kairi.

La seguí mientras todavía sentía que la nariz se me caería, pero debíamos volver al crucero así que traté de ignorarlo.

Nerissa no entendía cómo es que pude pasar por seguridad con una pistola, pero solamente le dije que una maga no revela sus servicios.

Más allá de que parte de la seguridad del crucero estaba enterada de nuestra presencia como agentes...solo que la pobre rubia no lo pensó.

—Te dije que no. —hablé frenandola mientras caminábamos por un pasillo.

—Anda, ojeé el lugar anoche, no es inseguro —dijo y asomó la cabeza por el pasillo en donde quería doblar—, solo será mirar.

Bufé resignada y me sorprendió que Nerissa fuera tan rápida, ya que vimos un par de hombres caminando a lo lejos, como si hubieran salido de alguna de esas habitaciones; y ella no perdió el tiempo en abrir las puertas.

Solo que se notaba que tenía que estar muy concentrada viendo lo que hacía.

—¿Cómo es que..? —pregunté mirándola, sin poder ver qué era lo que hacía con sus manos en las cerraduras.

—Por esto me preocupé cuando se abrió mi maleta —dijo mostrándome un labial, con algo extraño en la punta—, no traje maquillaje en mi bolsa de maquillaje, sino tecnología modificada.

Alcé las cejas y no pude contener una risita.

—¿A qué te refieres con..? —pregunté y la puerta se abrió— ¿Modificaste nuestro equipo?

Ladeó la cabeza hacia ambos lados, dándome parte de la razón.

Por dios, que mujer tan loca.

—Un poquito.

—Dios santo, no sabes dón...—me quedé callada cuando se enderezó mirando con asombro la habitación.

—Creo que hay que revisarla. —murmuró.

Me acerqué para ver qué era lo que había y encontramos un montón de maletas apiladas en el pasillo por dónde se entraba a la suite.

Además de un par de laptops extrañas en un escritorio que se veía a lo lejos.

—Cierra la puerta. —dije metiéndome en la habitación.

Nos adentramos y abrí la computadora tan extraña que estaba encima del escritorio, pero segundos después Nerissa tomó el control.

—Ellos usan estás computadoras —dijo viendo la pantalla—, tienen casi la misma seguridad que las que tenemos en el cuartel. Debemos llevarnos una.

—No puedes hacer eso, se darían cuenta. —hablé comenzando a recorrer la habitación.

Era enorme, más que la que teníamos con Nerissa y no me daban los ojos para ver todo lo que había ahí.

Me concentré en ir a buscar las maletas cerca de la puerta, con la idea de ver su contenido, pero antes de llegar escuché unas voces detrás de la puerta.

Muy cerca.

Volteé a ver a Keller y estaba mirando en mi dirección, también habiendo escuchado las voces.

Señalé con desesperación la cama y no me comprendió, pero terminé metiéndome debajo del mueble y me arrastré por la alfombra.

Por fin entendió y se escondió conmigo, teniendo su cuerpo ligeramente girado hacia el lado donde habíamos entrado, para ver cualquier movimiento.

Tenía su espalda pegada a mi hombro y tenía mi pecho apretado contra el suelo, ya que el estar apoyada contra el suelo me daba visión del resto de la habitación, solo que a una altura no muy favorable.

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