43. Reacomodar ideas

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Kairi.

Un par de meses después.

En el tiempo que llevábamos saliendo me di cuenta de que Nerissa era una verdadera enana mandonda.

Y lo que más pisoteaba mi ego era que la dejé ser así conmigo.

—¡Te dije que no debía dormir! —me reclamó la rubia—. Ahora no va a descansar en toda la noche.

—Ni que fuera un bebé, Issa. —dije con diversión, sin dejar de mover la pelotita de goma frente a Junior.

—Hoy duermes en la sala. —protestó levantándose del sofá y me quedé viéndola boquiabierta.

—Nerissa, no seas...

Se giró para verme mal y cerré la boca al instante.

Era una enana rabiosa y super enojona, eso era lo único en que podía pensar.

Y se lo tomó en serio, porque minutos después me llevó una almohada, sin siquiera dirigirme la palabra.
Me dio una miserable y triste almohada.

Lo peor es que después se fue a mi propia habitación.

—Solo somos tú y yo, Junior —suspiré y el cachorro ladeó la cabeza, estando acostado en su camita al lado del sofá—. Tu dueña tiene un problema, ya lo sé. Es rubia, no podíamos esperar mucho.

Me recosté con tranquilidad y simplemente me quedé viendo el techo por un rato.
Habíamos iniciado un nuevo caso, pero no teníamos mucha información, y lo único que me volvía loca era la unidad Bravo.
Ese día fuimos apoyo de la Alfa y todo fue un caos, pero me había acostumbrado a mi jerarquía y logré controlar la situación.

Todo el cuerpo me dolía y pensé en ir a la habitación, pero sabía que en media hora se le pasaría la rabieta, así que me quedé pensando por un rato.

Y no me equivoqué, porque veinte minutos después apareció por el pasillo y en un silencio total se acostó a mi lado.

—¿Se te pasó el enojo? —la molesté con algo de diversión—. Porque Junior ya se calmó, así que parece que va a dormir.

—Hoy en la mañana uno de mis agentes terminó en el hospital —dijo mirando el techo—. Se llama Sam Cooper, rango Mayor. Tiene un hijo y una esposa.

Me tomó por sorpresa que dijera eso tan de la nada, pero traté de reaccionar rápido. Porque se veía bastante seria, y eso no era común de ver.

—¿Revisaste su expediente? —giré un poco mi cabeza para verla y ella asintió—. Por eso estabas tan callada en la cena ¿Por qué no me dijiste?

—Logré saber que la abuela del niño los va ayudar si algo pasa —ignoró mi pregunta y suspiré—. Ese hombre estaba a mi cargo, Kai.

Pasé mi brazo por debajo de su cabeza y la atraje hacia mí, a lo cual reaccionó hundiendo su rostro en mi cuello como si se estuviera escondiendo de todo.

—Estaba a tu cargo y él sabía los riesgos, este trabajo no es para cualquiera, Issa. No cometiste ningún error o hiciste algo mal, no puedes cuidar a todos.

—Podría haber hecho más.

—¿La misión se llevó a cabo? —me separé un poco para verla y ella asintió—. Entonces cumpliste tu parte, solo que alguien salió herido. No puedes sentirte mal por eso, tú y yo hemos terminado en el hospital varias veces ¿Crees que Lee se comía la cabeza pensando en eso? —ella negó—. Entonces tampoco te sientas así, ese hombre va a estar bien.

Confiar En EllaWhere stories live. Discover now