Thirsty.- Jaeyong

Culpa e Incertidumbre.

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—Que guapo es Jaehyun, ha cambiado mucho con los años. ¿Te acuerdas cuando era chico y daba tanta ternura que derretía?. —Le acercó el plato con sandía.

—Claro que lo recuerdo.

Incluso lo soñaba.

—Bueno, que mal que lo de ustedes nunca llegó a nada. Pero supongo que eres feliz con Yuta ¿Verdad? —tomo las cáscaras para tirarlas al bote de basura.

—Claro, como nunca.

—Pues que bien, si así lo piensas tú entonces yo pensaré igual.

Ni siquiera tuvo que ver la cara del tailandés, para saber que estaba haciendo una mueca sarcástica.

—Estas siendo pasivo agresivo.

—Claro que no —solto una risa juguetona—. Y bien ¿qué me ibas a comentar antes de que Jaehyun llegara?.

De pronto recordó la conversación con el giganton.

—¿No crees que sería buena idea que hables con Johnny? Pronto será el comeback de NCT y no es bueno que ustedes estén en esos términos.

Lo dijo sin más a sabiendas de como le gustaban las cosas a su amigo.

—¿Él te mando a decirme eso?.

—Si, la verdad es que si. Me lo pidió como un favor y estoy de acuerdo con él. Deben hablar las cosas.

—No lo sé, lo pensaré.

Procedió a comer la fruta mientras Ten lo miraba con asco.

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Después de la partida de Taeyong a Japón todos en el departamento estuvieron aún más lejanos. Por su parte por fin pudo dormir bien en su cuarto, lo cual solo duró dos días ya que Jungwoo se mudo con el para poder satisfacerse.

Se convenció de que una cierta maldición del sueño lo acechaba, no podía tener tan mala suerte siempre para dormir adecuadamente.

El martes llegó rápidamente así como también lo hizo él mismo para recoger a Ten. Recordaba con mucho cariño la forma en que ambos platicaban y se confiaban las cosas. Desgraciadamente el tiempo deformo su relación hasta ser solo conocidos. Su separación fue, en gran medida, causada por los problemas que tuvo con Taeyong.

Esperó fuera del edificio, llevaba el clásico conjunto de gorra y cubrebocas para evitar ser reconocido. El tailandés, bajo casi al instante, vestido sencillamente con sus típicos piercings expuestos por la coleta que se había hecho.

Después de saludarse lo llevo a un restaurante famoso por la gran calidad de su carne, no quería verse mal. Ten valía una buena comida; su amistad y personalidad merecían todo lo bueno del mundo.

Al llegar a la mesa que había reservado con antelación un silencio incómodo los cubrió.

—Llevamos mucho tiempo sin hablar apropiadamente ¿Cómo te ha ido?. —Decidio romper el hielo.

—Oh pequeño Jaehyunie. Nosotros no somos, ni seremos así; dime ¿Porque me buscaste? —pregunto confiadamente.

Había olvidado lo directo y hábil que era.

—Johnny me pidió como favor que hablara contigo.

La confianza en la cara de Chitta se desvaneció y fue sustituida por un ceño fruncido con ojos divagando.