No están invitados

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-¿De que se trata esto?-
Preguntó Ryūga el líder ladrón, que estaba muy irritado mirándolos aún en el techo.

Ambos mayores bajaron del techo de un salto y aterrizaron frente a los ladrones y Ryūga el cual se sobresaltó al verlos acercarse.

-Es una pregunta curiosa-
Opinó Shiro cruzándose de brazos.

-Suelten a nuestros hermanos-
Reclamó Soshin más bien como advertencia.

-¿Hermanos?-
Cuestionó Ryūga al escucharla para después mirar a los mellizos y luego a ellos dos.
-No me digan que ustedes son los mal afamados Takeuchi-
Sonrió algo incrédulo pero rebosante a la vez.
-Ustedes-
Señaló a los recién llegados.
-No están invitados a este enfrentamiento-

-Esto se puso muy interesante-
Dijo el ladrón que tenía a Shinobu.

-Si los sueltas prometemos que ellos no los molestarán más-
Les dijo la joven a lo que el líder de los ladrones rió.

-¿Están jugando?-
Les preguntó con la misma actitud.

-No-
El mayor lo miró expresando profunda seriedad y con esa mirada carmesí tan filosa como katana.
-Ellos no los molestarán más-
Dijo.
-Porque nosotros lo haremos en sus lugares-

-¿Con que no vinieron solo a defender a sus hermanos?-
El líder alzó una ceja al darse cuenta.
-Ya veo-

-¿Aceptas o no?-

-De acuerdo-
Volteó hacia sus ladrones quienes soltaron bruscamente a sus jóvenes prisioneros que cayeron sentados.
-Dejaremos en paz a este par de pigmeos en cambio de ustedes-
Sonrió con malicia.
-No me sorprendería que terminen igual o peor que ellos-

Ambos jóvenes sacaron sus espadas al mismo tiempo dejando ver el brillo de las hojas filosas, siendo esas katanas igual de majestuosas que la de sus hermanos.
Los ladrones tomaron sus hachas y corrieron hacia ellos, de igual forma los dos jóvenes corrieron directamente hacia los ladrones para enfrentarlos, las espadas golpearon el filo de las hachas ambos atacando de forma diferente a sus enormes oponentes.
El líder de los ladrones se sorprendió por la manera de atacar de ambos hermanos, era más precisa en impredecible que la de los otros dos jóvenes.

Soshin era veloz, demasiado para que su oponente empezara a desesperarse por no poder predecir sus ataques mientras que Shiro era fuerte tanto que el ladrón al que se enfrentaba retrocedía al recibir sus ataques certeros.

Los dos más jóvenes miraban con asombro y admiración del como sus hermanos arremetían contra los bandidos e incluso Ryū estaba absorto tanto que lamentó por un momento haber aceptado el trato.
Tras hacer una danza letal con la espada Soshin desarmó a su oponente cuya hacha voló clavándose en la pared de una de las casas, el ladrón volteó por una fracción de segundo el cual fue sorprendido con un puntapié directo al rostro que lo hizo retroceder y un ataque realizado con los dedos de la chica que lo paralizó por completo ya que había tocado un punto exacto en su cuello provocándole esa reacción, ella era una experta para realizar ataques de ese tipo.

En el instante que todo eso ocurría el otro ladrón atacaba ferozmente a Shiro quien no deshacía la barrera defensiva que había formado con su katana, el bandido comenzaba a cansarse y aquello fue provecho para el muchacho quien convirtió su defensa en un impredecible ataque, una técnica que tomó desapercibido al bandido que retrocedió al ver el filo de la espada cortar el aire, aquello dio conclusión con un ataque giratorio fusionado con tres cortes decisivos y de frente con la katana.
Cuando el ataque del joven cesó el ladrón dejó de cubrirse con su hacha y rió al ver que no tenía ningún rasguño hasta que se percató que el mango de su gigantesca hacha se quebró por completo y estando asombrando se percató que la parte superior de sus ropas habían pasado por el mismo destino.
Era claro que se trataba de una advertencia.

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