Un Forzoso Encuentro Y Una Nueva Desición

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La puerta de la habitación se abrió al ser deslizada, el niño que recién se había levantado de su reciente descanso estiró sus brazos y bostezó para después salir, hace mucho que no había dormido tan bien.
Empezó a caminar por los pasillos de paredes y suelos de madera observando las puertas y rincones con curiosidad hasta que un bullicio del interior de la casa atrajo su atención.
Llegó hacia el sitio en dónde se escuchaban aquellas voces, deslizó un poco la puerta para darse cuenta que se trataba del dojo de la casa y no estaba vacío pues los muchachos estaban allí, con sus hakamas de entrenamiento mientras entrenaban con sus katanas haciendo ataques y técnicas todos formados en línea horizontal, cada uno en su puesto mientras que el maestro caminaba así observando sus movimientos.
El niño observaba maravillado los movimientos coordinados con las katanas, el filo cortaba el aire haciendo un sonido peculiar y satisfactorio, ahora lo sabía y más que nunca deseaba ser igual que ellos algún día.

Una orden del maestro fue todo para que ellos se detuvieran y guardaran sus katanas quedándose firmes hasta que el les dió otra orden por lo que todos hicieron una reverencia con respeto y se arrodillaron en el suelo sin moverse de sus puestos, dejando sus katanas en vainas frente a ellos.
Okamoto les empezó a explicar un par de cosas respecto a las técnicas y como debían mejorarlas para después apoyarse en su bastón y tomar la misma posición que los chicos solamente que frente a ellos quedando en silencio por un momento.

-¿Porqué no cruzas el umbral, Sanji? No hay presencia que te lo impida-
Dijo sin verlo aquel hombre mayor de forma tranquila.

Sanji se quedó paralizado al saber que el maestro ya estaba enterado de su presencia pero admitió que no fue muy discreto en el proceso, el niño asintió e ingresó al dojo acercándose tímidamente al grupo y haciendo una reverencia antes de posarse de rodillas como los demás formando parte de la fila como ellos.

-¿Has presenciado alguna vez un entrenamiento parecido?-
Cuestionó él maestro de forma curiosa.

-Ni siquiera he entrado a un dojo antes, maestro-
Respondió el niño con sinceridad.

El maestro lo miró por un segundo siempre con tranquilidad en sus expresiones.

-Pues este será el primer entrenamiento del que serás testigo-
Se alejó lo suficiente hasta dónde solía estar cuando presenciaba los entrenamientos.

Llamó a las dos chicas para que iniciaron un enfrentamiento a mano vacía, luego de que Shinobu fuera derribada por su hermana se llevó a cabo la otra parte del entrenamiento y Sanji estaba más que encantado al presenciarlo.

-Sanji, ¿Te parece si a partir de mañana empiezas a practicar para volverte uno de mis estudiantes?-
Esta vez Okamoto volteó hacia el mencionado quien casi se levantaba del suelo por la impresión.

-¿De...De verdad?-
Preguntó Sanji sin creerlo.
-¿De verdad me está preguntando eso?-
No creía que en realidad aquello estuviera pasando, volteó hacia los hermanos que ahora eran los suyos y los cuatro le sonreían como si lo estuvieran alentando.
-¡Si! ¡Me encantaría!-
Exclamó finalmente.
-Muchas gracias maestro-
Se levantó rápidamente para después hacer varias reverencias por agradecimiento.

Después de haber visto la reacción de esto el maestro sonrió medianamente, admiraba el sentido de gratitud y valoración del niño, ahora era como uno mas de sus protegidos.

-Tendrás que poner mucho esfuerzo de tu parte-
Le advirtió por lo que Sanji asintió.

-¡Me esforzaré! Lo prometo-
El niño puso una mano en su pecho como si estuviera haciendo un juramento.
-Me esforzaré y seré valiente-

Aún viendo al chico el maestro no dejaba de sonreír para después ver a sus discípulos que de igual forma sonreían tras la nueva propuesta y la determinación del niño.

El Clan De Los Mártires Where stories live. Discover now