Capítulo 22 : La verdad

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— Jayden — el niño levanto su mirada de su libro y miro a la mujer rubia que lo miraba sería desde la puerta.

— Mamá — el niño se puso de pie y se acercó hacia la mujer. Pero antes de que pudiera abrazarla, ella retrocedió.

— Hay algo que debe decirte — el pequeño cachorro hizo un mohín con los labios ante el rechazo de la omega. — Siéntate — le ordenó señalando la cama de sabanas azules con cuadros.

— ¿Mama? — él estaba confundido.

— Jayden, tienes ocho años. Eres un niño muy obediente. Y mamá necesita tu ayuda — ella acarició su cabello con algo de dificultad — ¿Quieres ayudar a mamá? — él asintió rápidamente con una sonrisa en labios.

Ella sostuvo las mano de su hijo con fuerza, el pequeño omega de ocho años, hizo una mueca ante el dolor que su madre le estaba proporcionando en sus manos.

— Mamá, duele — Victoria soltó sus manos rápidamente y suspiro.

— Debes ayudar a mamá, Jayden. Pero no debes decirle nada a nadie, ¿Si? — el niño asintió.

Ella se separó de él y se puso de pie. La mujer se acercó hacia la puerta de la habitación y al abrir la puerta un hombre entró a la habitación. Jayden retrocedió al ver la manera en la que ese hombre lo miro.

— ¿Mama? ¿Quién es ese hombre, mamá? — pregunto con temor en su voz.

— Debes ayudar a mamá, Jayden. — él negó — Debes ser un buen niño, y no hacer ruido .

— No mamá. Mamá no quiero. Mamá — ella suspiro.

— Se un buen niño. — musito la mujer antes de mirar al hombre y asentir.

— Hola pequeño, mira que bonito eres — Jayden negó cuando el hombre se acercó a él y comenzó a des vestirse.

— ¡Mamá! — exclamó el niño con los ojos llorosos y temor en su voz — ¡Mama por favor! — Jayden corrió hacia Victoria y se aferró a sus piernas.

— Jayden, suéltame.

— No — lloro — Mamá no me dejes.

— Jayden suéltame — repitió molesta.

— Mamá, no quiero. No me dejes mamá, no me dejes con este hombre mamá — lloro y Victoria lo intento apartar de sus brazos.

— ¡Jayden suéltame!

— ¡No! — lloro — Seré un buen niño, Mama.

— Deja que me vaya — ordenó sin mirarlo.

— Me comportare mama. No me dejes.

— ¡Deja que me vaya!

— ¡No mama!

— ¡Suéltame! ¡Déjame irme!

— ¡Mama! ¡No me dejes!

Victoria empujó al niño fuera de su alcance haciendo que el niño se golpeara la cabeza con el suelo de la habitación.

— ¡Mama! — grito con lágrimas en sus ojos, Victoria ignoro el llamado de su hijo y cerro la puerta detrás de ella, escuchando los gritos de dolor de aquel niño de ocho años — ¡Mama no me dejes! ¡Mama no me dejes con este hombre! ¡Tengo miedo mamá! ¡Mama! ¡Seré un buen niño Mama!

¡Mama!

Jayden abrió sus ojos exaltado, incorporándose en la cama de la habitación. Unas ganas de vomitar aparecieron en su pecho, se levantó rápidamente de la cama y corrió hacia el baño.

Un Voto De Honor Y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora