Capítulo 4

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                                                                                             ⚔️

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—Eso ha sido increíble. —Felicitó Chris cuando vió a la morena bajar del cuadrilátero.

—Gracias. —Agradeció. Solo entonces, al girarse pudo ver las miradas de todo el mundo sobre ella, poniéndola nerviosa. Desde pequeña le había dado ansiedad llamar demasiado la atención. Cuando notaba muchas miradas sobre ella tendía a ir rápidamente con alguno de sus hermanos, mayoritariamente con Tris, para calmarse. —¿Qué están mirando? —Susurró.

—A ti. Has vencido a un instructor, Mads. —Will le explicó con una sonrisa orgullosa en su rostro mientras pasaba su brazo sobre los hombros de la chica.

—¿Cómo está Tris?

—Estoy aquí. —La voz de su hermana se hizo presente en ese momento llamando su atención. Llevaba su pelo rubio suelto y un conjunto de ropa parecido al suyo. —Felicidades, he oído lo de la pelea.

—Gracias, supongo. No era una pelea, realmente. Me estaba tratando de enseñar a usar mis estrategias en contra del oponente.

—¿Tus estrategias?

—Oh, sí. Ya estoy lista para vencerte, Willy. —Dijo de broma.

El chico arrugó las cejas señalando que no le gustaba el apodo.

—¡Primera pelea! ¡Chris contra Molly! —La voz de Eric les sobresaltó. La chica de pelo corto miró preocupada a sus amigas.

—¿Alguna estrategia que puedas darme?

—Cuatro dice que si golpeas en la garganta ayudará.

La morena suspiró antes de subir al ring. Tris, Will y Al se habían ido a entrenar con los sacos de boxeo, y Maddie había preferido quedarse para ver la pelea, y quizás, chivarle alguna estrategia más a Chris.

La morena contuvo una mueca de dolor cuando vió el puño de la chica estrellarse en la cara de su amiga.

—No durará mucho. —Cuatro le susurró a la morena. La chica había estado tan concentrada en Chris que no notó cuando el instructor se colocó detrás suya.

—Lo sé. Solo espero que no la mate.

—¿Ves algún punto débil?

—¿De Molly o de Chris?

—De Molly.

—No cubre su cabeza como debería, con un golpe algo fuerte sería fácil distraerla lo suficiente como para tener segundos de ventaja.

—Christina no tiene tanta fuerza.

—Lo sé. —Suspiró. Se puso tensa cuando la oyó decirle a Eric que se rendía. —Eso no es bueno. ¿Cuatro?

El chico ya se había ido, dejándola con la palabra en la boca. Trató hasta que alcanzó a todo el grupo de iniciados que iban detrás de Eric y Chris. Frunció el ceño al ver la mano de Eric posada en la cintura de la chica. Eric no era tan amable.

Cuando menos se lo esperó, su amiga estaba colgando del puente del pozo y Will la retenía entre sus brazos, pues Maddie había tratado involuntariamente de ir hacia su amiga.

—Tú puedes, Chris. —Oyó la voz de su hermana.

—Tiempo.

Tris y ella se acercaron corriendo a ayudarla, con ayuda de Edward. La chica de pelo corto se refugió entre los brazos de las mellizas cuando pisó el suelo por fin.

—Estás bien, Chris. Estás a salvo. —Susurró tratando de calmarla.

—En Osadía protegemos todas las vidas dentro de la valla y no podemos fallar. Por eso os adiestramos así. Para que no os rindáis.

—¿Qué hay ahí fuera? —Su hermana preguntó.

—Monstruos. —Chris rió.

—Granjas de cordialidad. —Intervino Al.

—¿Y más allá?

—Sitios que nunca se recuperaron.

—¿Tu lo sabes? —Le preguntó la morena a Cuatro.

—Digamos que por alguno construyeron la valla. 

Virago | DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora