Súplica

5 1 0
                                    

He querido hablarte,
dónde sea que estés,
allá donde tus pasos te han llevado,
o donde tu recuerdo ha quedado.

He querido hablarte,
imaginé tu voz formando palabras,
las que una vez comentaste,
he imaginado volvías a mencionarlas.

Y comenzamos una charla,
que se extendía por horas,
que continuaba por días,
que me obligaba a pensarte.

Y he pensado,
que aquellas charlas,
que aquellas horas,
que aquellos días,
fueron imaginación mía.

Que tú me amabas,
y que, aunque yo no te quería,
al compartir cada día,
aprendí a soportarte,
que aprendí a tener tu compañía.

Y que, aunque fuera algo falso,
intenté apoyarte,
intenté guiarte,
en la turbulencia que me habías creado.

Y claro, me ha dolido,
porque me acostumbré tanto,
tanto a tenerte,
que ahora al no hallarte,
encuentro un vacío
y en aquel vacío me veo,
encontrando lo que yo mismo he sido.

He querido hablarte,
y terminé hablando a mi almohada,
la que susurraba canciones atormentandome,
recordándome las que tú cantabas.

He querido hablarte,
no para volver al pasado,
si no al contrario,
para disculparme,
por no haber tenido lo necesario,
por no haber podido fingir de mejor forma,
aquel amor que tú me habías dado,
quizás así finalmente, al hablarte,
pueda olvidar mi propio engaño,
pueda decirte que nunca fuiste tú,
si no yo que aún no aprendo qué es amar a alguien,
qué era aquel amor que me has brindado.

Noches de insomnio y lamentosWhere stories live. Discover now