Noches de insomnio y lamentos

Letargo Y Sueños

Un risueño me quita del letargo,
lentamente abro mis ojos,
todo sigue igual, mis cuatro paredes negras,
la cama de siempre, el mismo armario,
y la risa del extraño que se mantiene,
por un momento creí que sería parte del sueño que tenía,
sobre cuando corríamos tras de un balón en la calle,
cuando nos perseguiamos jugando a la pinta,
cuando jugabamos canicas,
recordando el viento y la alegría,
la inocencia y las mentiras hacía mi madre,
por quedarme hasta tarde jugando, sin ningún acompañante que vigilase mi infantil pensar,
porque no conocía el mundo y la maldad.

Pero la voz aún oigo despierto,
riendo suavemente,
muevo la cortina lento,
el sol enceguece mi vista,
quizás me he acostumbrado demasiado a vivir escondido de su luz, de aquel aroma de libertad,
de mis propios sentimientos, de mi pobre pensar,
entrecierro mis ojos,
me tomo un segundo a la vista acostumbrar,
tanta luz me hace mal,
los abro nuevamente,
el mundo fuera se pinta colores hermosos,
pero para mi ya no es hermoso,
aquellos colores me son ornamentos sin sentido, un adorno para agradar la mirada, de este mundo cruento,
busco con la vista aquella risa,
quizás fuese algún pequeño jugando con el viento,
acariciando algún gato o perro callejero,
quizas fuese alguíen jugando a perseguir sus sueños,
un pequeño risueño, con la vista atenta de padres que lo ven riendo,
ojalá fuese más que solo un pensamiento,
y al escuchar nuevamente la risa fijo mis ojos en ello,
viendo tristemente a un pequeño,
sentado,
a su celular sonriendo...