❝ 𝘔𝘳. 𝘏𝘰𝘭𝘭𝘢𝘯𝘥, 𝘛𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴 𝘴𝘰𝘯𝘳𝘰𝘫𝘢𝘯𝘥𝘰. ❞
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
𝘊𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘵𝘢 / En proceso de traducción.
(Tom Holland x Reader)
No todos los días recibes una llamada una hora después de solicitar un trabaj...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Veo el reloj dar las cinco esta tarde me produce más ansiedad de la que pensaba. La emoción parece desbordarse en mi interior, ya que no puedo esperar a que todos mis nuevos amigos conozcan a mi mejor amiga desde el instituto.
Recojo mis cosas, sin siquiera permitirme sentirme nerviosa por hablar con el señor Holland, con quien todavía tengo un pequeño problema. No sé por qué me pongo tan nerviosa delante de él, porque en realidad no dice nada cuando lo hace va al grano y la mayoría de las veces es grosero.
Llamo a la puerta de mi jefe después de asegurarme de que no está hablando por teléfono para no molestarle.
— Adelante.— He oído esas dos palabras tantas veces desde que empecé a trabajar aquí y me pregunto si hay mucho más de Mr. Holland.
Abro la puerta y entro en su despacho para encontrarlo recostado en la silla de su escritorio, con los brazos cruzados y la chaqueta quitada haciendo que sus bíceps crezcan el doble de tamaño. Parece que contengo la respiración sin querer, pero rápidamente subo mi mirada hasta sus ojos.
— Me despido, señor. ¿Necesita algo antes de que me vaya? — pregunto, sin poder borrar la sonrisa de mi cara. Hay unos segundos de silencio, sus ojos se entrecierran en lo que parece ser una búsqueda de algo.
— ¿Qué te ha pasado? — Me pregunta de repente y yo francamente sorprendida.
— ¿Disculpe, señor? — Pregunto con la cabeza ligeramente ladeada ante su extraña pregunta.
— No dejas de sonreír. Es repugnante. — Pone los ojos en blanco y suelta un largo suspiro antes de levantarse de la silla y meterse las manos en el bolsillo del pantalón de vestir.
— No es nada, Mr. Holland, sólo admiraba la preciosa puesta de sol. — Voy a decir algo más, pero me detengo en seco al verle caminar cada vez más cerca de mí, sin perderme de vista.
De nuevo se hace el silencio durante unos instantes, las palmas de mis manos empiezan a sudar de nerviosismo y la sonrisa alegre que tenía hace unos minutos desaparece por completo.
