Capítulo 20 Princesa

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Ahora que Rebecca estaba a mi lado nada podía atacarme. Me sentía demasiado protegida a su lado, algo así como un gatito indefenso con su dueña.

- ¿Desde cuando se conocen?.-Preguntó Nam seria mientras tomaba un sorbo de café- Quiero que me digan todo.-Desafío con su mirada-

Una vez aclarados todos los malentendidos Nam se disculpó conmigo unas mil veces y me ayudo a ponerme una curita en mi nariz porque allí había un enorme corte horrible que arruinó mi precioso rostro. Ahora me encontraba sentada entre Rebecca y Nam porque se desataría la tercera guerra mundial si esas dos se sentaban juntas.

- Desde el día que me contaste la leyenda.-Hablé primero- Luego de que me vaya de tu casa yo me encontré con Rebecca, pero en ese entonces pensaba que me iba a descuartizar.

- Ella olía a galletas y, bueno, no pude resistirme ante tal embriagadora esencia. Luego descubrí que no eran las galletas sino su esencia corp-

- Ya ya, no quiero detalles.-Hizo callar a Rebecca y me observó seria- Freen, ¿Rebecca ha actuado raro alguna vez contigo?

Pensándolo bien sí, recuerdo que fue la vez que decidí levantar los vidrios rotos y allí me corté el dedo que ahora ya se encontraba sano. No puedo olvidar aquel momento cuando sus ojos cambiaron de un azul grisáceo a unos... rojos, cuando vio mi sangre brotar del dedo.
Pero esto lo mantendré para mí, ni siquiera lo anoté en mi cuaderno como cosa curiosa o algo, no no, correría el riesgo de que me traten de loca o que vean el mismo y traten de hacerle algo a Rebecca.

- No.-Mentí, no iba a dejar que Nam mate a Rebecca por tratar de hacerme algo. Rebecca me observó confundida y entendió a lo que me refería, la estaba encubriendo-

- ¿Segura? ¿No te ha mordido ni ha intentado hacerlo verdad?

- Sí, segurísima. Es más, ella se comportó como una persona bastante normal.

Deja de mentir, deja de hacerle creer que todo esta bien Freen.

- Confio en tu palabra. Pueden irse de mi vista.

- Como digas.-Me levanté de mi lugar y me dirigí hacia la puerta con la intención de irme pero la voz de Nam me detuvo, más bien a ambas, porque Rebecca me seguía-

- Ah y Freen... Cuídate mucho.-Asentí pero en cuanto volvió a hablar frené para escucharla- Y tú cara de perro -Señaló a Rebecca- más te vale cuidarla con tu vida, como prometiste. -Asintió-

¿Prometer? ¿De qué mierda habla?

- ¡Nam-

Literalmente nos empujó fuera de su cabaña y no pude volver ya que cerró la puerta con seguro. Observé su casa por algunos segundos, solté un suspiro agotador y comencé a caminar sin esperar que Rebecca me siguiese.
Al escuchar sus pasos por detrás mío me dí cuenta que me iba a seguir hasta que me muera, ¿por qué? No se, intuición.
Quiero preguntarle muchas cosas, pero su presencia me ponía ligeramente nerviosa y tampoco sabía por qué mi corazón latia con fuerza y mi sangre fluia más rápido de lo normal, no tengo la más pálida idea de que sucede con mi cuerpo cuando ella se encuentra a mi lado.

Sí, estaré segura y cálida en sus brazos, pero otra cosa era no sentirlos y tenerla al lado mio. Tal vez sean alucinaciones mías, me acostumbré a ello.

El caminar se hacia más lento con el pasar de los minutos y cuando me di cuenta estuve caminando por el camino incorrecto todo este tiempo. Frené en seco al no saber donde me encontraba y un sentimiento parecido al pánico invadió mi cuerpo por completo.

- R-Rebecca...

- ¿Que pasa princesa?

- ¿D-Donde estamos?.-Me acerqué más a su cuerpo. Hasta este punto era de noche y no podía ver mucho.-

Comenzó a observar todo su alrededor y luego de varios segundos su mirada divertida se posó en....¿el agarre de nuestras manos? ¿EN QUÉ MOMENTO NOS TOMAMOS DE LA MANO?
Un ligero calor se alojó en mis mejillas y con brusquedad la solté. ¿Cómo iba a mirarla luego de la estupidez que hice? ¿CÓMO?

- L-Lo siento Rebecca.-Me disculpé rápidamente pero luego volví a sentir esa hermosa calidez en mi mano, en efecto, estabamos de la mano otra vez. Su sonrisa hermosa y perfecta iluminó mi vista, dejando todos mis miedos atrás-

- No me molesta en absoluto princesa. Ven, te enseñaré el camino de vuelta a tu hogar.

No se en que momento me comenzó a llamar "Princesa" pero me gustaba, me hacía sentir bien e importante.

Comenzamos a caminar en silencio mientras que ella tarareaba una canción muy bajito, ¿será por verguenza? No lo se, pero lo hace de una forma muy pacífica y hermosa que tranquilizaría a cualquiera si la escuchase. En estos momentos me siento muy afortunada de tenerla a mi lado.

Pero como dicen algunos, la curiosidad mató al gato, ¿o el gato se suicidó al saber la verdad?

- ¿Que dulce melodía tarareas?.

- Era una canción de cuna que mi madre me cantaba cuando era pequeña. No se como todavía puedo acordarme si han pasado muchísimos años desde que ella me cantó por última vez.-Dijo, pero yo pude sentir que estaba triste por el tipo de tono en que lo dijo-

- Lo siento Becky.-Acaricié su hombro delicadamente para confortarla. Me observó y una sonrisa se plasmó en sus labios-

- No tienes que disculparte princesa, pasó hace mucho tiempo, ya nada de eso importa.-Sonreí aliviada de sus palabras- Freen.

- ¿Sí?

- Ya llegamos.

Levanté la vista y allí estaba, parada de la mano con Rebecca enfrente de la puerta. Me dió algo de tristeza tener que despedirme de ella en estos momentos cuando hizo muchas cosas por mí en el día de hoy. Observé nuestro agarre y luego a ella. Sus ojos azules reflejaban el universo entero, como si fuera una sinfonía de Beethoven la cual me encantaría escuchar muchas veces. Pero a la vez reflejaban tristeza y ahí me di cuenta de muchas cosas.

Me atrajo a sus brazos para formar un tierno y simple abrazo, queriendo decir que no quería que me vaya de su lado. Yo tampoco lo quería, pero era así, tendría que volver de alguna manera.
No me quedé atrás, mis brazos pasaron por encima de sus hombros y descansé mi cabeza en el perfecto hueco de su cuello.

Sin duda sus abrazos son perfectos y me quedaría así por años.

- ¿No puedes quedarte conmigo?.-Preguntó mientras hacía un tierno puchero- No me gusta estar sola.

- Lo haría si pudiera. Tengo a mi hermano que está viviendo temporalmente conmigo y mi mejor amiga también, ¿que dirían si desaparezco de la nada?

- ¿Y no cabe la posibilidad de que me quede contigo? Ya sabes, como la otra vez que dormí contigo.

- No lo se Becky... ellos podrían verte y sería el fín para mí.

- Oh, no notarán mi presencia allí tenlo por seguro y además soy muy discreta.-Dijo orgullosa mientras hacia un puchero al cual no me podía resistir- Por favoooor~

- ¡Bien bien tu ganas! Pero sólo una noche.

- ¡Gracias princesa!

Volví a tomar su mano y miles de sensaciones recorrieron mi cuerpo, pero lo ignoré por completo. Me dirigí hacia la ventana de mi habitación y observé ambos lados para que nadie ande husmeando si meto a una chica en mi habitación. Con paso rápido y silencioso abrí la ventana y me trepe por ella hasta entrar en mi cuarto al igual que Rebecca.
Deje mi mochila arriba de mi escritorio y comencé a sacarme la ropa porque aquí adentro hacia calor, hasta quedar con mi pijama.

Cerré mi puerta con seguro por las dudas, volteé para ir a mi cama y dormirme el tiempo que necesite porque realmente estaba cansada.

- Ahora si nadie puede interrumpirnos Becky-

¿Ya se durmió? Que rápido.

Me coloqué a su lado tratando de no despertarla y cerré los ojos para conciliar el sueño. Pero sentía una pequeña incomodidad dentro de mi asi que volví a tomar unas mantas de mi armario y con esas mismas cubrí a Rebecca, que ahora estaba transformada en un lobo enorme.

Ahora si puedo dormir.























"Gracias princesa"

The Princess' Wolf |Freenbecky|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora