Capítulo 36 Noey es un... ¿Lobo?

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- Princesaaa~

Escuchar el ruido de la voz de Rebecca por las mañanas no es bueno, no para mí. Primero que odiaba que me despierten, por eso me tomaba tiempo para despertarme y evitar una catástrofe con mi malhumor.

Me revolví entre mis sábanas para volver a dormir, o intentarlo, pero Rebecca estaba a mi lado como para intentar hacer algo.

Maldigo el día en que la dejé dormir a mi lado.

Me dió un abrazo desde atrás, podía sentir todo su cuerpo apoyado en mi espalda, y cuando digo todo es todo, con mayúsculas y negrita incluido.
Su aliento golpeaba mi cuello y no podía concentrarme en volver a dormir. Una mano traviesa se coló en mi estómago y solté un pequeño grito cuando sus dedos tocaron mi piel. De alguna manera su roce me ponía algo rara, como decir...caliente, pero no como una calenturienta que quiere sexo, sino ese caliente que te dice "¿Qué es lo que sientes por ella?".

Tomé su mano bruscamente que ahora estaba un poco más arriba de mi estómago (maldita pervertida, cuando sea la oportunidad le voy a tocar su miembro haber si le gusta que le toqueteen en cuerpo) y la saqué de allí, tirandola por algún lugar de la cama.
Pero al rato su mano se posó en mi trasero y lo apretó como si fuera algún tipo de globo con agua, seguido de caricias que erizaron mi piel ya que estaba con un pequeño short que al menos tapaba mi intimidad.

- Rebecca por el amor de Dios saca tu mano de ahí.-Le dije sin moverme de mi lugar. Pero ella seguía sin sacar la mano y eso empezaba a calentarme pero de otra manera...- Rebecca Armstrong.

- ¿Qué? -Dijo suavemente. Su respiración que chocaba con mi cuello hizo que mi piel se vuelva a erizar-

- Saca la mano de ahí.

- ¿Por qué?

- Por que no quiero que me manosees.

- Me gusta tocarte. Además te gusta que te toque.

Creo que no le interesó lo que le dije, si quiere jugar entonces vamos a jugar.

Me volteé, sus manos se posaron en mi cintura mientras que las mías en su estómago, obviamente que por arriba de la tela de su blusa. Sus hermosos ojos me miraban detalladamente y eso me encantaba, al igual que los míos analizando sus bellos rasgos faciales.

- No me toques. -Le dije seria- A menos que quieras sufrir las consecuencias.

- ¿Qué cosas malas me podría hacer una humana tan encantadora como tú? -Dijo divertida, se estaba burlando de mí-

- ¿Estás dudando de mis capacidades? -Desafié, si así quería las cosas entonces que no se queje por lo que voy a hacer- ¿Dudas de Sarocha Chankimha?

- No puedo sentir dolor si me quieres dar golpes, no los tuyos.

- Entonces vas a sentir otra cosa. -La miré divertida y su ceño se frunció al ver mi rostro-

Lentamente bajé mi mano hasta su miembro por encima de sus jeans. No se que mierda estaba haciendo pero se lo merecía por tocarme, ¿quién se creía que era?. Comencé a acariciarlo como si fuera un cachorrito (que raro y pervertido sonó eso), ella soltó un pequeño gruñido, no se que significaba pero le estaba gustando.

Y yo pensando como carajo existía una mujer con un pene tan enorme como el que estoy tocando, porque vamos, esto no lo tendría ni un chico normal.

Me pregunto de que tamaño es... espera ¿qué mierda estoy pensando?

Su mano se posó en la mía y frenó lo que estaba haciendo. Yo sabía que le estaba gustando, pues con Sarocha Chankimha no se debe meter.

- Vas a tener que parar si no quieres que lleguemos a tercera base. -Dijo algo agitada... ¿pero de qué? Si no corrimos una maratón- Así que te recomiendo que quites tu dulce manito de allí.

The Princess' Wolf |Freenbecky|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora