16.Provocaciones

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"El que quiere interesar a los demás tiene que provocarlos."Salvador Dalí

Narra Santos

Al día siguiente de la Cena con los Vivanco sigo observando dormir a María Teresa, es temprano todavía, he dejado ordenes a Cris para que les de instrucciones a los trabajadores y comiencen a trabajar sin mi, definitivamente hoy quiero consentir a mi esposa, preparándole café Calentito su desayuno favorito y tenerle a la mano unas pastillas para la resaca con la que seguro va a levantarse, aunque Harvar es resistente al tequila, puesto que cuando estuvimos aquella vez en la ciudad, demostró portarse como una campeona y no se quejo, se que esta vez sera distinto y es que en aquella ocasión no bebió demasiado, pero ayer sinceramente creo que se bebió la botella entera o dos de una buen Tequila, estaba feliz contenta, preocupada y al acecho respecto a Natasha, esa mujer no quiere dar tregua en lo que seguramente esta maquinando en su mente y se que eso le preocupa a mi amor, cuando desapareció para ir a hacer sus necesidades se tardo demasiado y de ahí comenzaron los tequilas, estoy seguro de que ambas se enfrentaron por que justamente tampoco Natasha estaba en la mesa acompañándonos Harvar no me contó nada  por la borrachera, pero sus ultimas palabras fueron, no quiero perderte y algo muy en el fondo del alma me dice que tiene que ver con esa mujer, de pronto entro a nuestras vidas solo para querer arruinar todo lo que construimos y si supiera que esos eran sus planes, mejor hubiera dejado que el rió se la llevara, no entiendo como el destino llega a jugar con las vidas de todos y de pronto nos pone pruebas, personas para saber como actuar, mantenernos alerta o tal vez para aprender sin embargo con Natasha Vivanco tengo un mal presentimiento cada que esta cerca de nosotros, intento alejar esos pensamientos de mi mente dejo a mi bella durmiente que siga con su dulce sueño, me cambio y bajo a la cocina, donde Nany ya esta preparando el desayuno para todos, como siempre nuestra salvación nuestra  Nany es tempranera.

—Buenos días Nany ¿Que preparas? ¿Te puedo ayudar en algo? —Le beso la mejilla acepta con gusto y luego siento como me da un manotazo al ver que tomo una de sus cazuelas.

—Hola mi niño, ya sabes que no me gusta que se metan con mis cazuelas, ¿Que quieres desayunar? —Deja lo que esta haciendo para devolverle el beso que me ha dado en la mejilla 

—Nany, quiero prepararle el desayuno a María Teresa, anoche llegamos muy tarde y por lo que veo la resaca no le dará tregua hoy —Recargado sobre la encimera de la cocina me como un trozo de pan, Nany me mira gustosa de que quiera ayudar en preparar algo, solo me permite preparar el café, una santa.

—Los escuche, solo que no me quise levantar a recibirlos, se le pasaron las copas a mi niña pero no te preocupes le tengo su juguito, sus chilaquiles bien picosos y seguramente vas a querer tus huevos rancheros ¿O me equivoco? —Esa sonrisa que me dedica es solo para aclarar que realmente tenia antojo de huevos rancheros, cuando tiene todo preparado acomodo todo en la charola y antes de subir le pregunto por las niñas.

—Esperanza y Lucia ¿Durmieron bien? ¿No dio mucha Guerra Lu? ya sabes que es la no da mucha tregua que digamos.

—Fíjate que no eh, esta vez ambas durmieron como benditas, Estrella solo se levanto para darles el biberón y cambiarles los pañales, pero durmieron muy bien. 

—Menos mal, le llevo el desayuno a Harvar y luego pasamos a darles el beso de buenos días a nuestras nenas, no podre entrar con tremenda charola, teniendo en cuenta que si me ven querrán que las tenga en brazos, es mejor que Harvar y yo las saludemos enseguida de desayunar.

 De camino a la recamara Estrella tiene abierta la habitación de las niñas ambas se han levantado le hago una seña que en un rato nos vemos al menos me entiende cuando le guiño el ojo, Esperanza esta en su brazos y Lucia jugando con su poni de colores, cuando entro en finalmente a nuestra Recamara veo a mi Harvar dar vueltas en la cama se detiene para tocar el lado donde duermo y al no tenerme cerca se levanta de golpe y seguramente le ha dado un dolor de cabeza de muerte porque, termina poniéndose la mano en la frente, me causa demasiada gracia su reacción.

Mi esperanza eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora