22.El Engaño

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Una victoria a base de engaños, es una victoria vacía. Mahatma Gandhi

Narra Santos

La tarde estaba demasiado aburrida y sinceramente yo ya me quería ir de aquel lugar luego de que logramos ver el estado en el que se encontraba doña Helena, estado que por cierto me hizo sospechar de que Natasha Vivanco esta metida en un gran problema por negligencia en contra de su madre, las ganas de irme eran mas que evidentes pero sin duda la mi mirada no podía conectar con la de María Teresa y el presentimiento de que Natasha estaba dispuesta a alargar la tarde con sus planes estaba jodiendome sobremanera estaba harto de todo el teatro de todo aquello de su falsa careta, de que mi esposa no lograra ver sus intenciones,  en ese preciso instante algo me dijo que era momento de marcharnos, sin embargo cuando nos ofreció tequilas para seguir amenizando la tarde me vi en la obligación de aceptar, después de todo María Teresa estaba en plan de limar asperezas, al menos desde mi perspectiva fue así que lo vi y bueno con la presencia de Don Guillermo Vivanco me sentí mas confiado sin embargo con el el pasar del tiempo y al calor de las copas Natasha, se acerco a mi para entablar una charla conmigo, me pregunto sobre las niñas las cosas en la hacienda, nada fuera de lugar y de pronto estábamos alejados de su padre y de Harvar, no me importo por que al menos podía estar a la vista de mi mujer, seguimos hablando de trivialidades cosas sin sentido mientras de reojo veía como María Teresa reía y la felicidad me lleno por entero pero de pronto me Natasha me tomo del brazo y estábamos ingresando a la casa me sentía mal, no se como drogado por alguna substancia o algo así, le pedí a Nat que me dejara ir con María Teresa que era el momento de irnos no obstante ella siguió con juegos de palabras e incluso me beso en los labios yo apenas lograba mediar palabra entre aquellos besos y en ver como se deshacía de mi camisa caminamos desde la sala de estar o mejor dicho me arrastro con ella hasta su habitación y de pronto estaba encima de mi, aunque la realidad es que mi cuerpo no respondió hacia sus estímulos, enseguida escuche pasos y no supe mas de mi solo Natasha musitando palabras que no lograba entender mientras enredaba mis brazos a su cintura, oscuridad, vació un ruido ensordecedor y no supe mas de mi.

La luz de la luna entra a raudales por la ventana de aquella habitación, estoy cubierto por unas sabanas verde seco, al abrir los ojos siento una punzada en las sienes y los vuelvo a cerrar cuando logro abrirlos completamente para asegurarme de donde me encuentro trato de recapitular las ultimas horas, pero nada solamente al darme vuelta sobre aquella cama Natasha permanece mirándome con una sonrisa, me reincorporo de golpe y caigo en cuenta que estoy en la soledad, no se donde esta mi mujer y al verme desnudo siento que el corazón se me va a escapar por la garganta.apenas asimilando en la situación que me encuentro algunos recuerdos de las ultimas horas surgen en mi mente como flashbacks todos de golpe y me parece imposible que este aquí con esta mujer en su cama. 

—Buenas noches Santos, espero que hayas dormido bien por que después de lo de esta tarde yo he dormido increíblemente bien, no pensé que fueras tan entregado, tan salvaje al momento de hacerle el amor a una mujer y finalmente lo comprobé —Su mirada es de triunfo pleno sin embargo al no recordar nada no creo en sus palabras, solo quiere manipularme a su antojo para intentar separarme de mi mujer, pero no va a lograrlo y deseo hacérselo saber.

 —Natasha, todo lo que dice es una gran mentira, yo no pude responderte como hombre, estaba demasiado borracho o mejor dicho, algo pusiste en la bebida para traerme hasta tu recamara no puedo creer que yo mismo te haya metido en tu cama y te haya hecho el amor por que en primer lugar, no te deseo ni te amo y en segundo lugar, necesitaría haber estado sobrio para responder todo esto es un engaño, para separarme de María Teresa el camino que va directo al infierno esta lleno de los que tenían "Buenas intenciones" y aquello de querer hacer las pases y limar asperezas e incluso lo de tu madre solo fue un plan para salirte con la tuya pero no vas a lograrlo —Salgo de la cama y busco mis cosas para vestirme y salir de aquel sitio en cuanto este vestido sin embargo aquella mujer se acerca aferrándose a las solapas de mi camisa para intentar atraparme en sus redes.

Mi esperanza eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora