Las vueltas de la vida

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Desde muy pequeño siempre tuve que esforzarme por conseguir las cosas, nací en un pueblo algo alejada de Bangkok. Vengo que una familia de betas, que toda su vida trabajaron arduamente para lograr superarse, pero aun así ninguna generación de mi familia había logrado salir del pueblo e ido a la universidad. Sabía que, si es que quería llegar a algún lado y poder ayudar a mis padres a mejorar su calidad de vida, tenía que salir del pueblo.

Me esforcé, estudie y logre conseguir una beca en una de las mejores universidades de mi país, decían que mi futuro sería brillante, pero luego por un recorte de fondos perdí mi beca y con ella mi futuro brillante. Intente conseguir trabajo, pero por lo general estaba muy sobrecalificado para ellos y mis habilidades se estaban perdiendo. Al mismo tiempo mi madre se enfermo y su tratamiento era muy complicado de conseguir, había recibido una oferta laboral en aquel entonces, una que en situaciones regulares no hubiera aceptado.

Mi entrenamiento para ser parte de la mafia fue bastante duro y nunca terminaba, siendo uno de los pocos betas entre los nuevos reclutas fui bastante intimidado. Tuve que entrenar mas duro que la mayoría, a pesar de que quizás no era tan fuerte o alto como la mayoría de los reclutas si era más inteligente y hábil que ellos, esto me ayudo a llegar lejos y que se me diera la responsabilidad de monitorear la armería.

Adicionalmente, se me unió al equipo del hijo mayor del jefe, un alfa con una nula tolerancia a las feromonas por lo cual mi naturaleza beta era perfecta. Había escuchado algunas historias sobre él, la mayoría malas que me hacían preguntarme que clase de persona podría ser. La mayoría prefería evitar su servicio, pero por mas de lo rumores que lo rodeaban, consideraba que era un honor unirme al grupo del mayor de los hijos del jefe.

Conocí primero a su jefe de guardaespaldas, un chico bastante amable con una sonrisa encantadora de nombre Pete, luego de un par de conversaciones con él me di cuenta que él tenia en mucha estima al señorito Tankhun. El equipo tenía otro miembro más, un beta demasiado alto de nombre Pol, que sin duda alguna era una de las personas mas inocentes que había conocido. Ambos eran personas tan dulces que no imaginaba como habían terminado en este camino tan oscuro, asumo que al igual que yo, la falta de recursos hace que todos terminemos haciendo cosas que no imaginamos.

Mi primer día como parte oficial del equipo de señorito Tankhun fue algo extraño la verdad, nos despertamos muy temprano y fuimos a esperarlo a su habitación la cual estaba decorado por los colores más chirriantes que jamás había visto. Pete se acercó y lo despertó suavemente, pude escuchar que se quejo y luego de un par de minutos de lucha se levantó. Fue raro para mi ver a un alfa de 1.90 levantarse con un grito y correr al baño con un pijama de unicornio.

-Él es así. – me dijo Pol divertido al ver mi expresión, yo solo lo voltee a ver intrigado. -Vamos a traer el desayuno.

-¿No comeremos abajo?

-Al señorito Tankhun le gusta que su equipo se relacione con él en sus actividades diarias, vemos programas con él, lo acompañamos a entrenas, le seguimos el jugo en sus travesuras y obviamente comemos con él.

-¿No duermen con él también? – dije irónicamente pero al ver su expresión divertida abrí mis ojos lo más grande posible.

-Una vez a las semanas tenemos una pijamada con él en donde vemos series, una vez al mes esta es de terror y tenemos que disfrazarnos. – me explico mientras íbamos a la cocina.

-Puedo entender porque la mayoría no dura, la mayoría de los alfas con los que entrene no parecían ser del tipo que se disfrace para ver películas.

-La mayoría es más del tipo peleador si, pero el señorito Tankhun no ha tenido alfas en sus equipos desde que tenia los doce años. La mayoría de betas que se unen, tienen un complejo algo extraño...no entienden que un alfa se comporte así, muchos de ellos matarían por serlo, por lo que creen que el señorito es ridículo.

-¿Tú qué opinas de él? – pregunte curioso.

-Pienso que es una persona a la que le toco vivir cosas muy duras, su forma de lidiar con el trauma quizás no es la mejor, pero le funciona. Sigue sonriendo y esforzándose por dejar el pasado atrás, cada pequeño paso que da para mejorar vale la pena. Es un buen jefe a pesar de lo que la mayoría piensa, créame el señorito Tankhun nunca dejara que nada malo le suceda si logra ganar su confianza, tiene uno de los corazones mas grandes que he conocido. – luego de que Pol dijo eso no podía evitar preguntarme si quizás para él el señorito Tankhun eran algo más que su jefe.

Enamorarse por primera vez (KhunArm) -- Actualizaciones lentasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora