"El miedo al desconocido es natural. Si nuestros instintos nos dicen que seamos cuidadosos, eso es por algo. Tal vez, en el pasado, nuestros ancestros que ignoraron esos instintos no sobrevivieron.
Debemos preguntarnos cómo podemos sobrellevar el m...
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¡Esto es una auténtica locura, mierda! Un puto mes sin Ayanokoji. Me siento como un jodido monje en retiro espiritual. ¿Acaso se fue a la luna o a algún rincón perdido del universo? ¡Incomprensible!
Y, para que lo sepas, parece una eternidad desde que mi querido amigo 'abajo' tuvo una buena sacudida, ¡jajaja! Aunque, siendo sincero, la sensual Satsuki-chan siempre está lista para mis momentos de desesperación. ¡Esa mujer es un fuego del infierno! Cada encuentro es como una danza con el diablo; ardiente, sucio, prohibido.
No puedo evitar recordar esas noches intensas, su piel contra la mía, los gemidos que parecen música para mis jodidos oídos. Si ese maldito rumor sobre que es una puta es cierto... oh, ¡lo es! ¡Se mueve como una serpiente en celo, capaz de hacer que cualquier hombre cante alabanzas al cielo!
Y Ayanokoji, ese cabrón, no sabe lo que se pierde. Mientras él está desaparecido, yo me revuelco en las sábanas con Satsuki-chan, explorando cada rincón prohibido de su cuerpo, cada gemido, cada grito es un himno a nuestra lujuria desenfrenada.
A veces, me pregunto si Ayanokoji se ha vuelto loco, o quizás, solo quizás, se encuentra en alguna parte, como un monje, meditando en la cima de una montaña, ajeno a los placeres carnales que la vida ofrece. ¡Pobre idiota!
Mientras tanto, yo, en mi gloria, sucumbo ante los encantos de Satsuki-chan, una y otra vez, noche tras noche, en una danza eterna de deseo y depravación. ¡Qué vida más jodida y maravillosa!
Aunque.... ¿quién necesita a Ayanokoji cuando tienes a una bomba sexy como Satsuki-chan? Cada curva de su cuerpo es un puto poema, una oda a la lujuria que te hace querer escribir sonetos con la lengua. Joder, es la encarnación de cada fantasía perversa que jamás me atreví a admitir que tenía. Pero no puedo evitar preguntarme dónde diablos se ha metido Ayanokoji. ¿Se volvió loco y se lanzó al mundo a combatir el crimen como un superhéroe de segunda, o está jugando a los espías, mirando a las chicas cambiar sus bragas desde la sombra de algún rincón oscuro?
Aunque, vaya, ese pensamiento hace que me sienta casi orgulloso del hijo de puta. Pero no, seguro que se unió a un club de abstinencia y está allí, rezando para que su entrepierna no lo traicione. ¡Jajaja!
Pero, hablando en serio, este maldito instituto está hecho un desastre. Parece que a todos les robaron su juguete sexual favorito. Es una maldita lástima verlos arrastrándose por los pasillos, más bajos que un perro sin su hueso. Y no me hagas empezar con las chicas; juraría que algunas lloran porque Ayanokoji no está aquí para complacer sus fantasías tontas.
Ya que hablamos de las chicas del instituto, ¡madre mía! Parecen un desfile de despechadas. Las veo por los pasillos, suspirando como si Ayanokoji fuera el único chico en el planeta capaz de encender sus motores. ¡Jajaja! He oído rumores de que algunas hasta han organizado veladas de llanto en su habitación, mirando fotos de él y preguntándose qué harán ahora con sus noches solitarias. ¿Acaso creen que era el único distribuidor oficial de orgasmos o qué? ¡Por Dios! Y ni hablar de esas que solían presumir de su 'estrecha relación' con Ayanokoji; ahora caminan con la cabeza baja, como si hubieran perdido su preciado vibrador. ¡Ay! Si supieran lo que pienso... Probablemente me lincharían. Pero, ¡qué diablos! Es divertido ver cómo lloran por alguien que ni siquiera sabía de su existencia. Supongo que ahora tendrán que conformarse con las revistas de modelos o tal vez encontrar un reemplazo.... Lo que sea que las haga dejar de lloriquear. Aunque... yo también siento un vacío... se fue mi bro, mi mejor amigo...
