twenty one

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un año desde que louis se fue a la universidad.

cinco meses desde que harry se fue de su pueblo natal.

cinco meses trabajando en esa fría granja en alaska.

¿cómo llegó?

ni él tiene idea.

solamente lo hizo.

y esta bien con eso.

le gusta su vida.

le gusta despertar todas las mañanas con la vista de la nieve en su ventana, con su cuerpo cálido por las acolchonadas sábanas, desayunar chocolate caliente y trabajar con caballos todo el día.

al principio solamente fue un trabajo de vacaciones de invierno que tomó después de los peores meses de su vida trabajando en un dairy queen, donde un día navegando en internet encontró ese anuncio con letras delicadas que ofrecían este trabajo.

era tan bueno que el alfa creyó que era una mentira al principio. un buen sueldo, estancia, horarios flexibles y dueños amables.

la granja se encontraba a las afueras de skagway.

pequeña ciudad popular por sus cruceros, época dorada y una industria locomotora.

le gustaba la tranquilidad que le provocaba su nuevo hogar.

le gustaba saber que había descubierto una nueva versión de si mismo.

la versión que sabe que es lo que quiere.

le gusta trabajar en la granja de los smith, pero sus ojos han estado en esa propiedad junto al puesto de calabazas de los miller.

una propiedad que quiere comprar en algún momento.

solo necesita dinero.

que esta consiguiendo con su trabajo con los smith.

ama criar a los animales, encargarse de la jardinería, cosechas y las demás actividades de la granja.

aunque admite que detesta el resbalarse con mierda de caballo congelada.

el punto es que ha descubierto algo que disfruta y quiere en su vida.

quiere esa paz.

y claro que su corazón sigue en la misma dirección.

sigue latiendo por louis.

sigue completamente enamorado del omega de ojos azules.

aun puede ver su mirada azulada y cabello suave en su corazón.

aun sonríe cuando su chocolate caliente tiene malvaviscos rebosando por la orilla de la taza.

aun desea que su futuro sea junto al omega de su vida.

eso es lo que más desea.

por otro lado, justo ahora su trabajo es alimentar a los caballos.

sus brazos cargan el alimento de los seres majestuosos frente a él.

con su cuerpo cubierto con una gruesa chamarra y ropa que cubre completamente el cuerpo del alfa que no pudo evitar ponerse más fuerte al tener todos esos trabajos manuales.

sus manos cubiertas por los gruesos guantes aún sentían lo helado de la nieve y su respiración dejaba salir una pequeña nube blanca que escapaba después de sus suspiros.

su nube blanca.

su nubecita.

claro que todos los días piensa en louis.

enchantedWhere stories live. Discover now