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Palacio Topkapi

Sha entro al palacio, sus hijos fueron llevados por las odaliscas a sus aposentos, estaban muy cansados, pero ella no, aunque se estilaba que fuese a descansar antes de verlos, ella no lo hizo, estaba ciertamente entusiasmada por ver a su madre.

De alguna manera en el fondo de su corazón ver a la madre de Hürrem tan pendiente de ella despertó su anhelo por estar con su propia madre, aunque sabía que ella jamás sería igual, sus preocupaciones eran el sultán y sus nietos.

En el pasillo se encontró con Mahidevran y sonrió —Hola querida, cada año estas más hermosa, ¿Cómo están nuestros príncipes? — pregunto con tranquilidad, jamás le gustó mucho Mahidevran, pero la toleraba un poco por el bien de la familia.

—Se encuentran perfectamente, los encontrara encantadores como siempre— dijo con una sonrisa.

Sha sonrió un poco —Bien, iré con mi madre ahora— dijo con calma y camino a toda prisa a los aposentos de su madre.

Entro con una gran sonrisa a los aposentos, ahí se encontraba su madre y su hermana Hatice, les sonrió a ambas y se acercó con una gran sonrisa.

Hafsa no se levantó de su asiento, simplemente levanto la mano para que su hija la besara, esto desanimo a Sha, pero en el fondo sabía que su madre jamás seria como las demás, ante todo era una gran sultana y su crianza poco le permitió ser realmente amorosa con sus hijas, además de que sabía que amaba más a su hija Hatice.

Toda la tarde la paso a lado de su madre contándole lo hermoso que era aquel palacio y sobre el caluroso recibimiento de la familia Giray, además de ello le comento que la joven hija de ellos pasaba por un momento difícil en el que ella la apoyo lo que pudo, lo único raro para Sha era que mientras contaba lo que hizo por aquella joven la mirada de Mahidevran se tornaba algo triste y el color de sus mejillas y rostro se había ido.

—¿Mahidevran te encuentras bien? — pregunto Sha con seriedad.

—Si sultana, es solo que escuchar que alguien sufrió por muchas cosas me hizo pensar en la posibilidad de estar en su lugar, ojalá jamás pase por ello y yo me vaya antes que nuestro sultán— dijo con calma.

Hafsa la miro seria —Ciertamente eso pasará, no deberías imaginarte tonterías, no te compares con ellos— dijo con enojo.

Sha miro a su madre un poco molesta, aun cuando Mahidevran no le agradara del todo apoyaba esos comentarios.

Mahidevran se levantó con calma, hizo una reverencia y hablo —Madre sultana, si me lo permite me iré a mis aposentos, algo no se me sentó bien y me siento un poco mal—.

Hafsa asintió.

Sha se levantó de su asiento, su interés por ver a su madre se había acabado de cierta forma —Madre, me iré yo también a mis aposentos, estoy un poco cansada, descansare e iré con mis hijos— dijo con calma y salió de los aposentos a la par que Mahidevran.

Estando fuera detuvo el andar de Mahidevran —Lamento los comentarios de mi madre, ambas sabemos que en parte tiene razón, sin embargo, no son las formas de expresarlo y tampoco era necesario, tienes derecho a amar tanto como cualquiera de nosotras— dijo con calma.

No le daba la razón por completo a ninguna, pero sus palabras fueron alentadoras o lo serian si tan solo Mahidevran estuviese mal por ellas y lo que hubiese dicho fuese real.

—Gracias sultana, si me disculpa iré a mis aposentos — respondió y a paso firme y rápido se fue.

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Juegos del CorazónWhere stories live. Discover now