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Mahidevran miro a Hürrem llegar, muchas emociones llegaron a su cabeza en aquel momento, si no fuera por su hija y la odalisca se abría desmayado ahí mismo.

Hürrem la vio solo un momento y sonrió al ver su estado, de alguna manera se sentía bien al verla sufrir, ella sufrió por años, así que era su turno de sufrir.

Sha hizo una reverencia a su hermano —Majestad, me honra verlo después de tanto tiempo lejos— dijo con una sonrisa brillante.

Süleyman sonrió y beso la frente de su hermana —Me hace feliz, verte con esta sonrisa, gracias por visitarnos— contesto.

Hürrem se acercó con calma e hizo una reverencia —Majestad, es un honor conocerle, en mi tierra hablan de su gran bondad y valentía, su hermana es lo más hermoso que pudo haber llegado a mi vida después de tantas desgracias, agradezco de todo corazón que no recriminase la decisión que ella tomó y la aceptase tal cual es— dijo con calma y beso la mano del sultán.

Süleyman sonrió, sin duda su hermana había elegido bien —Bienvenida, al contrario, agradezco que encendieras esa sonrisa que hace años no veo en ella— dijo con tranquilidad.

Sha hizo una reverencia a su madre y beso su mano, en ese momento Hürrem llego con calma, hizo una reverencia e hizo lo mismo que Sha, la madre sultana no la desprecio, ante todos los presentes quedaría bien, le importaba más su apariencia frente a todos que algo más.

—Es un placer al fin conocer la sultana— dijo Hürrem con calma.

Hafsa la miro sería —Bienvenida sultana, espero que tu estancia sea placentera en este palacio— dijo con tono hasta cierto punto desinteresado.

Hürrem sintió aquel desinterés en sus palabras, así que solo sonrió.

Sha la miro y no dijo nada para no afectar aquel momento, sin embargo, camino hacia sus hermanas y las saludo, camino hacia Mahidevran, al mirarla se sintió extraña, fue como si una parte de ella se activase, pero no sabía que era, después de acomodarse en un lugar simplemente miro a Hürrem y examino las expresiones en su rostro, para así saber que era lo que podía esperar de aquel viaje.

Hürrem saludo a las hermanas de Sha y posteriormente se paró frente a Mahidevran —Es un gusto conocerla al fin, mi querida Sha me ha contado muchas cosas sobre usted, justo ahora es como si la conociese de hace años— dijo con una sonrisa quedándose por un momento callada.

Mahidevran la miro con calma, intento esconder que estaba hasta cierto punto asustada y no sabía qué hacer en ese momento.

Hürrem se dio cuenta y volvió a hablar —Sultana, existe una curiosa coincidencia, hace años conocí a una joven que parecía tener un alma pura llevando el mismo nombre que usted, lamentablemente a ella la perdimos muy joven, usted se parece mucho a ella, es una pena después nos enteramos de que no era lo que parecía, espero que ese no sea su caso— dijo con calma y se posó a lado de Sha.

Sha, únicamente bajo la mirada, sus palabras habían sido dolorosas, aun cuando no habían sido para ella, la madre sultana y las hermanas del sultán se sentaron de nuevo y continuaron.

Mahidevran sintió una puñalada, pero no lo mostró, tenía un nudo en la garganta, pero pretendía demostrar que no había dolido lo que ella le había dicho, volteo a verlas por un segundo, Hürrem no estaba sorprendida por haberla visto, lo que evidentemente le decía que de alguna forma ella sabía lo que había pasado o al menos una versión de ello.

Sha estaba un poco confundida, no sabía qué podía pasar y temía que en algún momento lo que ellas hubiesen tenido volviese a aflorar.

Hürrem sintió sobre ella la mirada de Mahidevran, así que miro a Sha quien se veía un poco mal y aprovecho el momento, tomo la mano de Sha y le sonrió, Sha la miro con una sonrisa, esa sonrisa le daba alivio, pero no era tonta, sabía que Mahidevran las miraba y Hürrem lo hacía para molestarla y ver su reacción.

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