♛ Capítulo 12 ♛

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Escucho risas infantiles cuando llego al comedor, me topo con una escena muy agradable, Khaus dándole de comer a una niña mientras que sus hermanas charlan entre ellas, sonrío de manera involuntaria viéndolo limpiarle la boca con la servilleta

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Escucho risas infantiles cuando llego al comedor, me topo con una escena muy agradable, Khaus dándole de comer a una niña mientras que sus hermanas charlan entre ellas, sonrío de manera involuntaria viéndolo limpiarle la boca con la servilleta.

—Buenos días.

—Buenos días, Mehriem.

—Que radiante te ves hoy, hay un brillo especial en tus ojos —Kansas sonríe antes de jadear llevándose una mano a su boca —. ¿Estás embarazada?

Abro mis ojos de golpe, alguien más jadea y yo sacudo la cabeza en negación, apresurándome a responder.

—No, no, no estoy embarazada.

Todavía no lo está.

Khaus responde sonriendo, me quedo unos segundos observando la mesa, hay dos sillas libres, una entre Imelda e Iris y otra al lado del rey, las dos opciones son terribles, pero prefiero sufrir al lado de él, que intoxicarme con el veneno de las serpientes, la servidumbre se apresura a servirme, pero les doy las gracias diciéndole que yo puedo hacerlo.

Siento un leve apretón en mi rodilla, debería de espantarme o de sorprenderme, pero creo que ya me estoy acostumbrando a tener sus manos encima de mí, aunque sus ojos están fijos en la bebé, puedo percibir que me observa de reojos mientras le da de comer, Kansas habla amenamente de su viaje a las afueras de la ciudad e intenta adentrarme a la conversación.

Karime regaña a su hijo por estar jugando con la comida e Imelda se pone nostálgica recordando los momentos en que sus sobrinos estaban pequeños, la única que está totalmente callada es Iris, comiendo en silencio mientras me lanza miradas asesinas con sus ojos saltones, aunque su rostro cambia completamente cuando observa a Khaus.

Ella de verdad está enamorada de él.

Y no la culpo, Khaus es un hombre fornido, alto, con unos pectorales que te dejan babeando, aparte de que posee una belleza única que lo hace diferente al resto, enigmático e inteligente, su voz es impresionante, la manera en cómo habla te hace temblar, pero su mirada te cautiva completamente, sus ojos dorado cobrizo te hipnotizan llevándote a otra galaxia.

Por eso necesito huir de aquí, antes de caer en su hechizo, en sus redes, sé que si doy un paso a esa dirección me voy a perder para siempre, nunca obtendré la libertad que tanto anhelo, no puedo enamorarme del rey, porque sería mi fin, pasaré a ser su sombra, un caparazón vacío sin voz, ni voto, sin independencia.

—¿Y cuándo es la boda?

—En tres semanas.

Me atraganto con un pedazo de carne, comienzo a toser y mis ojos se llenan de lágrimas, Kansas me pasa un vaso con zumo de naranja, respiro hondo dándole un sorbo al jugo, esperando que la sensación se extinga.

—¿Estás bien?

—Sí, estoy bien.

Carraspeó sonriendo mirando a Kansas para luego dirigir mi vista al rey, ni siquiera me devuelve la mirada, pero está sonriendo, pensé que estaba bromeando cuando dijo que adelantaría la boda, si hubiese sabido que mi plan fallaría, ni siquiera lo hubiera intentado, todo me salió mal, queriendo cancelarla, causé que la adelantará.

Tirano ✓Where stories live. Discover now