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—Buenas noches su majestad.
Sonrío con educación cuando termina de hacer una reverencia hacia mí, todavía me cuesta interactuar con los nobles, aunque me tratan con respeto puedo sentir la mirada juzgona en sus ojos, sé que, para ellos, una chica de alta alcurnia se merecía más la corona que yo, una chica plebeya, de clase pobre.
Pero para su mala suerte, el rey decidió que yo sería la reina, su esposa y la madre de sus hijos.
Western Copper, no es diferente a Northern Field, aunque allá no pude convivir mucho con los nobles, ya que la presentación fue hacia al pueblo y pocos nobles tuvieron el privilegio de acudir a una reunión de té que el cónsul, el señor Xdrujal, dio en nuestro honor, no como aquí, que hay una enorme fiesta en conmemoración de los reyes.
Las damas me observan todo el tiempo, sus ojos encimas de mí, mirándome con escrutinio mientras que cuchichean a mis espaldas con las demás e impulsan a sus hijas a ir detrás de Khaus a rendirle una reverencia en señal de respeto y a pavoneárseles en el rostro, pero él ni siquiera les dirige una mísera mirada.
Sigue hablando con el duque de alba, los anfitriones de esta hermosa noche, la esposa del duque, es maravillosa, ella está haciendo que esta velada sea amena, la duquesa Isabella, es preciosa, ojos azules como el cielo, cabello rubio, sedoso y ondulado, cuerpo esbelto, alta y se mueve con una finura que deja a todos impresionados.
—No soporto a la nobleza —da un sorbo a su bourbon —. Aunque nací dentro de una casa noble, mi familia es tan diferente a como es la mayoría de personas que pertenecen a la alta alcurnia, también tuve la bendición de casarme con una persona tan maravillosa, que no ejerce el prejuicio como su mantra.
—En Eastern Field, también son así.
—Disculpe que discrepe con usted, su majestad, pero en esta maravillosa ciudad, viven los nobles más farsantes que he podido conocer, el señor del traje azul oscuro que está a espaldas de mi esposo tratando de colarse en la conversación con el rey.
Mis ojos se dirigen al señor, que verdaderamente no es un señor, tiene que tener más o menos, la misma edad de Khaus o quizás un poco más, pero por respeto entiendo que ella deba de dirigirse a él utilizando esos adjetivos.
—Juan de la casa Byron, es el primogénito, por ende, le pertenece el título de barón y debe de acoplarse a las leyes, embarazó a la esposa de su hermano que en paz descanse, pero claro, las queridas damas de sociedad hicieron lecha del árbol caído y denigraron a la chica y a él le quitaron toda la responsabilidad, diciendo que ella lo engatusó y un sinnúmero de idioteces más —su frente se frunce mirándolo —. Lo peor de todo, es que nadie sabe si él la obligó a yacer con él o talvez lo hizo porque quería, eso no le quita la responsabilidad de sus actos, pero la sociedad es hipócrita, si lo hubiese hecho un don nadie, lo acribillan.
Y tiene razón.
La sociedad se ciega totalmente con lo que le conviene, pero si alguien fuera de su séquito comete el mismo pecado que uno de los suyos, lo acaban hasta más no poder, eso sucede desde hace antaño y seguirá sucediendo, porque no quieren cambiar, le inculcan eso y pasa de generación en generación.
