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Esta nevando.
Sonrío mirando la nieve caer, me trae recuerdos de cuando era feliz y no lo sabía.
Aunque nunca pudimos celebrar la navidad, papá se encargó de plasmar recuerdos hermosos en mi memoria, como cuando hicimos un muñeco de nieve, hace mucho tiempo que no hago uno, me abrigo antes de salir al jardín, hace demasiado frío, pero estoy tan entumecida recordando nuestros momentos juntos.
En mi nariz caen varios copos de nieve, siempre me voy a sorprender por la forma en como son, es algo impresionante, la naturaleza en sí es mágica, abro mi mano para agarrar algunos copos, sé que a Nube le encantaría estar aquí correteando y yendo detrás de la nieve, pero por recomendación de su cuidador, no sé puede, las altas temperaturas podrían causarle la muerte y no quiero que eso sucede.
Si le llegase a pasar algo, me destrozaría.
Escucho pasos detrás de mí, pero no me sobresalto, ya que me aprendí como suenan los pasos de Khaus, no sé cómo explicarlo, pero incluso sin verlo sé que es él, tiene una manera muy peculiar de caminar, también es su olor, que lo reconocería incluso si me quedará sin olfato, estoy tan conectada a él, que mi piel hormiguea cuando está en mi radar o muy cerca de mí.
Mi cuerpo, mi mente y mi corazón están vinculados a él.
—¿Qué haces aquí afuera? Podrías resfriarte.
Sus manos se envuelven en mi cuerpo pegándome al suyo, me refugio en su calor corporal.
—Me encanta la nieve —musito ignorando su pregunta —. Me trae buenos recuerdos.
—¿Ah sí? ¿De quién? ¿Debo de sentirme celoso de que estés fantaseando con otra persona en este momento?
—No estoy fantaseando, solo estoy recordando momentos con el único hombre que he amado en mi vida.
—Ok, ahora sí estoy celoso, espero que no estés hablando de un pretendiente o algo por el estilo.
—Hablo de mi padre.
Escucho el suspiro que suelta y no puedo evitar reírme.
—Me alegra escuchar eso.
—Supongo que sí, no quiero ni imaginarme como actuarías si te estuviese hablando de otro hombre.
—Solamente lo mandaría a ejecutar para que no respire el mismo aire que tú.
Me atraganto con mi saliva y me doy la vuelta para mirarlo directamente a los ojos.
—Espero que estés bromeando, porque no te creo capaz de asesinar a una persona solamente lo piense.
Sus labios se tuercen en un gesto de incomodidad.
—Cuando se trata de ti, soy capaz de hacer cualquier cosa, hasta las bajezas más horripilantes sobre la faz de la tierra, soy un ser egoísta, no podría soportar que alguien más acapare tu atención, así que lo desaparecería y se acabaría mi problema al instante.
