The Gates of Wrath

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I dwelled in Hell on earth to write this rhyme, I live in stillness now, in living flame; I witness Heaven in unholy time, I room in the renownèd city, I am Unknown

-Allen Gingsberg

El cuerpo de Max impactó contra el suelo, llenando el silencio que de pronto había reinado en la habitación

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El cuerpo de Max impactó contra el suelo, llenando el silencio que de pronto había reinado en la habitación.

Sing, desde su posición, se quedó completamente estático, mientras un par de espasmos aún remecían el cuerpo de Max, al mismo tiempo que la luz se apagaba de sus ojos.

Acabar con vidas no era un concepto nuevo para él. Aún si usualmente no lo hacía con sus propias manos, había visto esa clase de chispa de vitalidad desaparecer de incontables rostros, hacía tanto que, realmente tendría problemas intentando descifrar cuanto tiempo había pasado desde su primera vez.

Sin embargo, verlo en primera fila, siempre parecía dejarle un sentimiento extraño que en algún momento habría podido calificar como desasosiego.

O quizá, sólo había sido por la larga e insolicitada conversación que se había visto obligado a sostener.

Dejó que su cuerpo descendiera, arrodillándose a un lado del ahora inerte cuerpo de Max. Mientras su mano derecha hacia que los ojos del otro hombre se cerraran, con su piel sintiendo cómo el calor gradualmente desaparecía, no pudo evitar suspirar.

—Lo lamento mucho, Sing...—masculló bajo su aliento, al tiempo que su rostro mutaba con lentitud, las facciones que hasta hacía un momento hubieran sido las de la antigua mano derecha de Yut Lung cambiando por completo, deshaciéndose finalmente del disfraz que se había visto obligado a llevar desde que hubiera puesto una bala en medio del cráneo del sujeto que en sus expedientes tenía el nombre de Sing Soo Ling—Algo me dice que te habría gustado escuchar esas cosas.

O, al menos, eso era lo que la recolección de información del cuerpo cuya apariencia había tomado le decía.

La falsa empatía que generaba el compartir un poco de tu mente y recuerdos con otra persona era una sensación que realmente nunca le terminaría de encajar. Y si bien conocía a un par de sus colegas que parecían más que encantados con esa clase de actos -insulsos y poco profesionales a su parecer- había algo que Ehlwund siempre había mantenido como su estandarte personal -su pequeño orgullo, si había otra manera de ponerlo- y, eso era, que él siempre hacía bien su trabajo.

Sin importar el costo.

Especialmente si las últimas misiones habían sido tan confusas y faltas de información como esta. Usar su propio cuerpo como objeto de cambio podía ser una gran molestia, pero era mucho más seguro y eficaz que tener muñecos zombies corriendo por las calles. Sin importar la calidad que tuvieran comenzaban a degenerarse con el tiempo.

—Bueno, hora de trabajar.

Dijo, para nadie más que para sí mismo, otra mala costumbre que quizá se le había quedado pegado del mas parlanchin de sus compañeros. Ese que siempre le preguntaba los porqués de asuntos que, francamente, no le competían a ninguno de ellos.

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2023 ⏰

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