Al día siguiente volviste, pasó exactamente lo mismo: el único gesto de dolor era una mano que se volvía blanca mientras apretaba otra, también tu frente se arrugaba un poco, no demasiado.
Me pregunté si algún día te romperías, parecías una heroína como las de las historietas con ese semblante duro e inquebrantable.
Luego vi una lágrima descender por tu pómulo, te rompiste.
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El príncipe que no tuvo su final feliz © ✔️ (M #0)
Short StoryLos cuentos de hadas siempre tienen un final feliz. El príncipe encuentra a su princesa y la lleva en su corcel blanco a ver el amanecer por el resto de sus vidas. Pero ¿cuánto dura una vida? ¿Cien años o un día? No tuvo que luchar con dragones ni e...