007.

1K 68 11
                                    

Naomi.

Queridos pasajeros, se les informa que en unos cuantos minutos estaremos aterrizando en la cuidad de México, gracias por volar con nuestras aerolínea, feliz día.—

Ya sabrán dónde estamos...

Apunto de llegar a México, estoy demaciado emocionada, por fin llegamos.

—Gracias por venir con nosotros.—Me susurra Tom al oído, segundos después besa mi mejilla.

¡QUE!

Porque hizo eso.

Senti como mis mejillas ruborizarse rápidamente, el me miró fijamente y sonrió pícaramente.

Ahora lo entiendo.

La azafata que nos atendió hace rato, se encontraba observando a Tom, pero no decentemente, se lo comía con la mirada.

El también.

Le estaba dando celos a la puta esa, y yo no iba a involucrarme en esa bobada.

—Que te pasa.—Limpie mi mejilla, asegurándome de que la azafata viera.

—Solo fue un simple besito.—Rio divertido.

—No le voy la gracia, no es para nada gracioso.—Dije, ví como miro a la azafata.—Si te gusta ve y cómetela en el baño, o invitala a salir.—Señale a la mujer que nos veía concentradamente.—Pero primero asegúrate de que te quiera teniendo un hijo.—Dije, el abrió exageradamente los ojos.

—Calmate, que te pasa.—Murmuro Tom.

—Que me pasa, no seré tu objeto para dar celos a tus putas.—Exclame, el rapidamente llevo su dedo hacia mi boca.

Sean bienvenidos a México.—

Trate de no hablarle más a Tom, simplemente lo ignoraba, el me tocaba el hombro tratando de llamar mi atención, o me susurraba al oído, pero yo lo ignore.

(...)

Íbamos los tres en el auto, ya de comino a la cabaña que Tom alquilo en la playa.

—Perdon.—Susurro Tom a mi oído.—No se que me pasó.—

—No importa, además...—Rei divertida.—Estaba jugando, solo quería ver la cara de la mujer esa.—Rei, el me miró sorprendido.

—De todas maneras, creo que me abriste los ojos, debería asegurarme que antes de invitar a salir a alguien, primero debería hablarles sobre mi hijo.—Muerde su labio inferior.

—Bueno eso sí es verdad.—Dije.

—Gracias, de verdad.—Acaricia mi mano.—Esta vez si es sincero.—Dijo.

—Que cosa.—Pregunte con una sonrisa nerviosa.

—Esto.—Se acercó y nuevamente beso mi mejilla

Yo sonreí, está vez si fue sincero, y aquel beso me transmitió seguridad y confianza.

Después de varios minutos porfin habíamos llegado a Cancuuun, al auto que nos llevaba nos llevo hasta la entrada de la cabaña.

—Que linda.—Dije al entrar a la cabaña.

—Hay dos habitaciones.—Dice Tom, yo lo mire rapidamente.—Tu dormirás en una, yo y Noah en la otra.—Dice.

—Me parece bien.—Sonreí.

—En la noche iremos a cenar, ponte linda.—Dice Tom, Segundos despues me guiña un ojo, sentí mis mejillas ruborizarse rápidamente, y Tom se ahogo en risa.

La niñera -Tom kaulitz-Where stories live. Discover now